“El mejor legado de un padre a
sus hijos es un poco de su tiempo cada día.”
Leon Battista Alberti
La
maternidad y la paternidad no vienen con un manual de instrucciones incluido,
aprendemos diariamente, tras caídas, tras éxitos, tras brillantes ideas y
constantes improvisaciones a organizarnos como padres.
Hemos escuchado en millones de oportunidades, padres y
madres preocupados constantemente por el rol que ejercen en la vida de sus
hijos, por el hecho de si somos buenos guías, si somos buenos orientadores, si lo estamos haciendo bien,
estamos siendo muy disciplinados? estamos siendo muy permisivos? nunca
hay un equilibrio suficientemente satisfactorio para un padre o una madre.
Un
padre o madre constantemente se cuestiona, constantemente duda de su labor y
siempre puede pensar que puede dar más de lo que da.
“Por
severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo
juzgando a su padre.”
La realidad actual de la sociedad nos enseña y
prácticamente nos obliga, a que debemos dotar a nuestros hijos de todo aquello
que necesitan; lamentablemente esa necesidad de dotación ha priorizado el área
material. Cómo se visten
nuestros hijos? Qué artículos llevan al colegio? Tienen suficientes juguetes?
Están al día con la tecnología?
Todas esas cuestiones rondan nuestra mente diariamente,
está nuestro hijo satisfecho con lo que tiene? pero hay algo muy importante que pocos padres nos
preguntamos… qué es lo que recordará nuestro hijo?
“Un
padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da
el amor.
Se me viene a la mente que una amiga me dijo una vez que
siempre recordaba que su casa estaba impecable, todo estaba limpio y arreglado,
me comentó que ella y sus hermanos evitaban jugar para no ensuciar la casa… y
en ese momento pensé, qué es lo que verdaderamente recuerda un hijo de sus
vivencias con los padres? y
es la pregunta que nos podemos hacer nosotros los padres, porque quizás esta
pregunta tan sencilla e inofensiva, puede sernos de gran ayuda en nuestra
labor, qué es lo que queremos que nuestro hijo recuerde de nosotros?
Pasamos
la vida trabajando durante la infancia de nuestros hijos, justificados en la
necesidad de proveerlos de aquello que consideramos necesitan para que estén
bien, para que estén cómodos, para que estén conformes, pero… para que
estén felices? es el pensamiento que siempre llevamos con nosotros, debemos
trabajar y trabajar y sacrificarnos para que nuestros hijos tengan todo aquello
que necesitan y resulta que hay algo que estamos dejando de lado, qué es lo que
realmente necesitan nuestros hijos de nosotros sus padres?
Es
perfectamente entendible que hoy día se requiera del trabajo de ambos padres,
de ambos tutores de la casa, padre y madre, para el sostén de un hogar,
además la naturaleza humana obliga al desarrollo profesional, personal y humano
de cada ser para satisfacer sus propias necesidades y para alcanzar sus metas,
establecer logros y plantearse nuevos proyectos, sin embargo, cuando escogemos
ser padres y madres, es necesario que comencemos a priorizar, podemos seguir
llevando nuestra vida de igual manera, podemos seguir siendo seres especiales, desarrollarnos en
nuestro trabajo, en nuestro hogar, como parejas, como hijos y en la sociedad en
general…
Pero hay algo muy importante que no podemos olvidar, si
somos de los padres que pasan la mayor tiempo del día trabajando en sacrificio por nuestros hijos, es
importante que el poco tiempo que tengamos con ellos o el poco espacio que
podamos conseguir para ellos, sea un espacio de calidad, si bien eres de
esos padres que tu hijo recordará como un hombre trabajador o una mujer
trabajadora, que recuerde además de que siempre estabas trabajando, esa gran
expresión de alegría, esa gran sonrisa cuando llegabas a casa, cuando lo tomabas en tus brazos,
cuando lo acariciabas y cuando conversaban juntos de cómo les había ido durante
el día.
Si no puedes dedicarle la mayor parte del tiempo a tu
hijo, para que llenes cada uno de los espacios de sus recuerdos, al menos trata
de que esos espacios que tiene contigo sean tan importantes para él, que sea
capaz de recordarlos eternamente, date el gusto de que el sacrificio que
hiciste al escoger la paternidad y la maternidad sea un buen recuerdo, que lo que tu hijo recuerde de ti
lo convierta el día de mañana en una mejor madre y un mejor padre, que el amor
sea su principal recuerdo… y lo más importante, que tú como padre y como madre nunca olvides
hacerte esta pregunta… qué quiero que recuerde de mi hijo de mí?
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