Comparto una hermosa reflexión del papa
Francisco que en lo que dice y hace muestra una nueva actitud eclesial.
"El Evangelio es alegría y novedad. ¡El Evangelio es fiesta! Solo se puede vivir
plenamente el Evangelio en un corazón gozoso y renovado".
Se
atreve a decir: "la
Iglesia nos pide a todos algunos cambios. Nos pide abandonar las
estructuras caducas. ¡Son inútiles!".
Y
agrega: "A las novedades, novedades. Al vino nuevo, odres nuevos. Y no tengáis miedo de cambiar
las cosas según la ley del Evangelio.
Hay un abismo entre los doctores de la
Ley, que habían impuesto una multitud de pequeñas normas y la doctrina de Jesús.
El
Maestro insiste solo en el mandamiento del amor y en las Bienaventuranzas, y
reprende a los doctores.
Ellos hicieron al pueblo esclavo de
tantas pequeñas leyes, de tantas cosas menudas que no se podían hacer".
El papa
Francisco va por donde es: La iglesia necesita liberarse de ataduras que
bloquean su misión. Lo esencial es simple: amar y basta.
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