Ser bueno contigo mismo es
el único camino que te adentra en el reino de la paz interior y la felicidad.
Ser bueno contigo mismo es
amarte y no lacerarte más con oprimentes sentimientos de culpa.
Es reconocer tus errores, aprender de ellos, perdonarte y soltar el
ancla que te ata al pasado.
Elige amarte en el ahora y
cuida de un modo integral tu mente, tu alma y tu cuerpo.
Del mismo modo amas sin apegos, consciente de que ellos esclavizan y
engendran dolor.
Ser bueno contigo mismo es dejar cualquier tipo de adicción que te frena
para ser lo que puedes ser.
Cuando te amas y te
aceptas, evitas el ingrato papel de víctima y sabes decir No con amor firme.
Sé bueno contigo mismo porque eres parte
de Dios y fuiste creado para ser feliz, no para sufrir.
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