Este es
un dato curioso: El polvo
está compuesto en su mayor parte por células de piel muerta.
¿Sabes
por qué? Porque
constantemente tu piel se está renovando y es nueva cada mes.
Es un milagro permanente que debía invitarnos a renovar
también el corazón y nuestro modo de vivir.
Puedes
renacer sin cesar como bien lo indicó Yeshua al hablar de un nacimiento espiritual:
Evangelio
de Juan, capítulo 2.
Eso
pide una estrecha relación
de amor con Dios que pocos viven, atrapados en lo material.
Una
persona normal si mucho
dedica cuatro minutos diarios a lo espiritual al rezar de memoria.
Cada
día Dios te da 1440 minutos, ¿Qué tal si dedicas 20 0 40 de ellos a nutrir tu alma y estar con
Dios?
Si tu
piel se renueva, ¿Por qué
no te renuevas tú? Es tu decisión y sólo necesitas un compromiso para
lograrlo.
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