Madre Teresa de Calcuta contaba que, en
cierta ocasión, la invitaron unos papás a su casa para darle una donación.
Ella acudió gustosa y, ya en la casa,
vio una foto familiar al frente, pero no distinguía los rostros desde su asiento.
Luego
los padres le dijeron con cariño que tenían dos muchachas ya universitarias y
un pequeño hijo varón.
Hablaron
con entusiasmo de sus vidas y de los estudios que ellas estaban haciendo,
callaron por un momento y Madre Teresa intervino y preguntó:
¿Y el menor? “Él es un hermoso y sabio
profesor de amor”, dijeron ambos casi en coro. ¿Cómo así?, interpeló ella.
Sí,
agregó la mamá sonriente, mientras le mostraba la foto en la que se veía un niño de unos 12 años con
síndrome de Down.
Él cada
día nos enseña el amor incondicional, nos enseña la ternura, el total desapego,
la entrega y la pureza.
Nos da sin medida y nos recuerda que lo
que cuenta no es lo aparente ni lo material. Él es un profesor de amor para
todos.
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