De
acuerdo al Banco Mundial, empoderar a las mujeres y niñas no solo es lo
correcto, sino que además es una medida acertada desde el punto de vista
económico y esencial para poner fin a la pobreza promoviendo la
prosperidad compartida, objetivos institucionales del Grupo del Banco Mundial.
Por ejemplo, un año
adicional de escolaridad secundaria en las niñas puede aumentar su salario en
10 % a 20 % en el futuro. La igualdad de género también es una prioridad
fundamental para la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la cual permitió que más de 194
millones de embarazadas recibieran atención prenatal de un proveedor de
salud entre 2003 y 2013.
EL PAPEL DE LA MUJER HOY
La mujer del siglo XXI es una
mujer libre en búsqueda de reivindicación y empoderamiento femenino. La
mujer de este siglo elige
qué estudiar, si vivimos solas o en pareja, si tendremos hijos o no,
entre otras miles de decisiones que hace 51 años exactamente no era posible.
Las mujeres de hoy en día, si
vivimos mejor pero todavía no podemos hablar de una igualdad real hombre-mujer,
desde ejemplos tan cotidianos como la vida familiar en donde el hombre, de
repente, se olvida de la igualdad y repite los comportamientos que ha visto en
su familia: el padre
trabaja y la madre ocupándose de la casa y los hijos. Es curiosa la
admiración de un “buen padre” por pasar todo un sábado con los hijos y el poco
reconocimiento del trabajo constante de “la buena madre” durante toda la
semana. Por el lado empresarial, acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones es todavía aún
más difícil. En teoría, todos tenemos los mismos derechos y
responsabilidades, pero en la práctica no sucede así, especialmente si eres joven y mujer, un factor
doble de discriminación, en donde las mujeres cobran menos que los hombres por
el mismo trabajo y muy pocas acceden a puestos de tomas de decisión.
Si bien es cierto, hemos ganado en independencia económica, estudios y
respeto profesional, el precio a pagar es muy alto ya que paralelamente
nos quejamos de falta de tiempo y estrés, asimismo la presión social por ser perfectas nos angustia y
muchas veces deprime.
Las mujeres de este siglo queremos hacerlo todo, al mismo tiempo y bien hecho.
Entonces, sucede que mientras eso ocurre, no disfrutamos del proceso y nos
auto-exigimos de tal manera que nos llegamos a olvidar de nosotras mismas. El éxito está sobre valorado y no alcanzarlo
nos angustia.
Finalmente, espero algún día, deje de existir el “Día de la mujer” como un día de
género de la minoría frágil y se cambie por el “Día de Igualdad” ya que
reflejaría realmente lo que buscamos:
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