Suena extraño, pero el miedo es un
regalo, es un motor que te mueve a actuar si lo aceptas y no dejas que te
paralice.
Entra a
un estado de relax y saluda al miedo, abrázalo e imagina que una luz hermosa
cubre esa emoción y la convierte en fe.
No batalles con él, acéptalo con amor,
serénate y piensa: ¿Qué me enseña? ¿Qué es lo que necesito aprender?
El amor
y el temor son las dos fuerzas que mueven al ser humano y el temor se domina
amas, crees, y cuando lo enfrentas animoso.
Al hacerlo caes en la cuenta que los
fantasmas estaban sólo en tu mente y que el miedo agiganta los males.
El
miedo te pone en estado de alerta y así te ayuda a evitar peligros; sin él
perecerías o estarías muy mal.
Es
curioso ver como el miedo entretiene a millones en las películas, o sea, que
allí se lo mira con otros ojos y otra actitud.
Con fe y con amor no vives amedrentado
y eres capaz de manejar los temores sin que ellos te dobleguen o te acaben.
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