«La persona interesada en triunfar tiene que aprender a
ver el fracaso como una parte saludable e inevitable del proceso de llegar a la
cumbre».
La adversidad y el fracaso que a menudo vienen como
consecuencia, son cosas
que deben esperarse que ocurran en el proceso de alcanzar
el éxito y deberían tomarse como partes absolutamente críticas de este.
Realmente, los beneficios de la adversidad son muchos.
La
adversidad crea resistencia
Nada en la vida alimenta más la resistencia como la
adversidad y el fracaso.
Para
hacer realidad sus sueños, tiene que aceptar la adversidad y hacer de los
fracasos una parte normal de su vida.
Si no está teniendo fracasos, probablemente no está
realmente avanzando en la vida.
La
adversidad desarrolla madurez
La adversidad puede hacer de usted a alguien mejor si no
deja que lo amargue. ¿Por qué? Porque la adversidad promueve sabiduría y
madurez.
«Las personas buenas lo son porque han adquirido
sabiduría a través de los fracasos. El éxito provee muy poca sabiduría».
Si el mundo sigue cambiando a un ritmo cada vez más
rápido, la madurez con
flexibilidad llegará a ser algo muy importante.
Los problemas que enfrentamos y sobre los cuales vencemos
preparan nuestros corazones para dificultades futuras.
La
adversidad amplía el marco de lo que se considera rendimiento aceptable
¡En realidad se aprende a caer con éxito!
El resultado de caer y ser salvado es una confianza
misteriosa al arriesgarse en el trapecio. Se cae menos. Y cada caída te hace
enfrentar riesgos mayores.
Mientras una persona no aprenda por experiencia que puede
sobrevivir a la adversidad, no querrá ir contra la tradición, ampliar el marco
del rendimiento de la organización o desafiar sus límites físicos.
El fracaso impulsa a una persona a reconsiderar el status
quo.
La
adversidad provee mayores oportunidades
Eliminando los problemas se limita nuestro potencial.
Casi todos los empresarios exitosos han tenido numerosas historias de
adversidades y reveses que le abrieron puertas para mayores oportunidades.
La
adversidad lleva a la innovación
La capacidad de innovar está en el corazón de la
creatividad, un componente vital para el éxito.
Si usted quiere tener éxito, tiene que aprender a hacer
ajustes a la forma en que hace las cosas y tratar de nuevo. La adversidad ayuda
a desarrollar esa habilidad.
La
adversidad motiva
Si usted puede superar las circunstancias negativas que
debe enfrentar, podrá descubrir sus beneficios. Esto es así en casi todos los
casos. Usted simplemente tiene que estar dispuesto a esperarlos, y no tomar la
adversidad en forma tan personal.
Si pierde su trabajo, piense en la fortaleza que esa
experiencia le permitirá desarrollar.
Si se enfrenta a algo grande y sobrevive, evalúe cuánto
ha aprendido acerca de usted y cómo eso le va a ayudar a aceptar nuevos retos.
Y si en su carrera experimenta un traspié de la índole
que sea, piense en la madurez que eso producirá en usted.
«en el juego de la vida es bueno tener algunas pérdidas
tempraneras, porque alivian de la presión de tratar de mantenerse sin
derrotas».
Siempre mida un obstáculo lo más cerca posible del tamaño
del sueño que está tratando de convertir en realidad. Todo depende la forma en
que lo vea.
La
adversidad recubre beneficios inesperados
La persona común y corriente comete un error y
automáticamente piensa que es un fracaso. Pero algunas de las grandes historias
de éxitos pueden encontrarse en los beneficios inesperados de los errores.
Sabía usted estos ejemplos innovación frente a un
fracaso:
La historia de Edison y el fonógrafo. Él lo descubrió
mientras trataba de inventar algo completamente diferente.
¿Pero sabía usted que las hojuelas de maíz (Corn Flakes
de Kellogg) fue el resultado de que a alguien se le quedó una olla con maíz
hirviendo toda la
noche?
¿O que el jabón Ivory flota porque una cantidad de él se
dejó en la mezcla por
demasiado tiempo lo que significó que absorbió un volumen
de aire fuera de lo común?
¿O que las toallas de papel Scott nacieron cuando una
máquina de papel higiénico puso demasiadas hojas de papel juntas?
El químico suizo-alemán Christian Friedrich Schönbein. Un
día que estaba trabajando en la cocina, lo que su esposa le tenía estrictamente
prohibido, y estaba experimentando con ácido sulfúrico y ácido nítrico, de
pronto derramó algo de la mezcla sobre la mesa de la cocina. Se había metido en
un problema porque sabía que cuando su esposa viera aquello, experimentaría
alguna forma de «adversidad». Rápidamente cogió un delantal de algodón, limpió
el líquido y colgó el delantal cerca del fuego para que se secara. De repente se produjo una violenta explosión.
Evidentemente, la celulosa en el algodón experimentó un proceso llamado
nitratación. Sin querer, Schönbein había inventado la nitrocelulosa a la que se llegó a conocer como pólvora
sin humo. Al comercializar su invento, este le produjo muy buena ganancia.
«En
ciencia, los errores siempre anteceden a la verdad».
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