Habrá
muy pocos corredores que no se hayan calzado en algún momento unas zapatillas
con el fin de quitarse algún kilo extra. Evidentemente por el hecho de calzarse
unas zapatillas la grasa no se elimina sola, sino que a esas zapatillas hay que
darles movimiento.
En función de cómo lo hagas vas a perder más o menos.
Porque de los que se trata no es de perder peso, sino de perder grasa. Un ejemplo es el del corredor
que va más fuerte de lo que debería ir, pierde depósitos de glucógeno a nivel
muscular y a su vez agua.
Porque si no lo sabías, cada gramo de glucógeno que
almacenas en el músculo lleva empaquetado con él, entre 2’4 y 4 gramos de agua.
Si
no llevas una alimentación adecuada a esa intensidad, además de que puedes
perder masa muscular, parte de ese peso que crees que has perdido, es agua y
glucógeno (forma como se almacena el glucógeno en los músculos).
Para
que seas más eficiente en tu pérdida de grasa, aquí te dejamos unos consejos:
Lleva
un ritmo predominante aeróbico: Principalmente si eres nuev@ en esto y
has llevado una vida más bien sedentaria. Tu sistema cardiovascular necesita
una adaptación y mientras tanto, al mínimo esfuerzo las pulsaciones se irán por
las nubes. En ese caso quemas calorías pero buena parte de ellas procederán de
la glucosa. El ritmo debe permitirte llevar una conversación fluida.
No mires las calorías consumidas: Cuando llegas después
de correr y miras los datos del pulsómetro, vas a encontrar entre los registros,
las calorías que has consumido. Si has gastado equis calorías, no puedes comer
otras tantas. No es una regla de tres. Un error por el que muchos corredores no
afinan es por sus pequeños homenajes en las comidas posteriores.
Cambios
de ritmo: Cuando ya tengas una pequeña base y lleves unas semanas
corriendo, es recomendable que realices acelerones progresivos y cambios de
ritmo. Lo que se denomina Fartlek. Dependiendo de tu nivel, será a una
intensidad muy elevada o a máxima intensidad. La duración de los mismos, con
espacio 20” será suficiente. Después de cada intervalo recupera un par de
minutos a ritmo muy suave. Además de que adquirirás una mejor forma, con esta
práctica perderás más.
Entrenar
en ayunas: Para corredores expertos o con una buena base aeróbica.
Tienen que ser a ritmos muy, muy tranquilos. No sobrepasar el umbral aeróbico o
el 65% de tu frecuencia cardiaca máxima. Obligas al organismo a utilizar los
triglicéridos almacenados para extraer glucosa. Muy importante suplementar con
proteína de calidad cuando llegas para reparar el catabolismo muscular. Si
sales en ayunas y vas más rápido de lo establecido, quizás tengan que llevarte
a casa en carretilla.
Trabajo
de musculación: La combinación de ejercicio aeróbico en combinación con
ejercicios de musculación, es perfecta. Con ello aumentas el metabolismo basal
y quemas más calorías a lo largo del día y ya estés viendo la televisión.
Correr
varios días: Intenta sacar como mínimo tres días a la semana. Vas a
conseguir adaptaciones muy importantes y la pérdida de peso será más
apreciable. Si corres a ritmos bajos y moderados, puedes correr cuatro y cinco
días semanales.
No
suprimas comidas: Toda actividad física requiere unas pautas
nutricionales que apoyen esa reducción de peso. Uno de los errores más
habituales es suprimir comidas. Si eliminas almuerzo o merienda o dejas pasar
más de tres horas sin ingerir alimentos, vas a utilizar tu propia masa muscular
para extraer glucosa y además en las posteriores comidas el organismo tiende a
almacenar más grasa debido al efecto de supercompensación.
No
elimines carbohidratos, sino se selectivo: Y en especial si ya corres a
ritmos moderados o más bien elevados. En una dieta para pérdida de peso, pueden
llegar a eliminarse un porcentaje de carbohidratos pero siempre han de estar
presentes. Salvo en los momentos inmediatos de terminar de correr, en donde
carbohidratos de alto índice glucémico son los protagonistas, a lo largo del
día aquellos que ingieras deberán ser de un índice glucémico bajo que no provoquen
importantes picos de insulina. De lo contrario, parte de ellos se metabolizan
en grasa.
No
elimines las grasas: Aquí también debes ser selectivo porque vas a
encontrar en algunas de ellas, importantes beneficios relacionados con la
pérdida de peso. Los Omega-3 que se encuentran en los pescados azules y algunos
frutos secos, como por ejemplo las nueces, contienen un ácido graso como es el
DHA que reduce la lipoinflamación del tejido adiposo. Además las grasas
insaturadas, que son las saludables, se necesitan para asimilar las vitaminas
liposolubles, entre las que se encuentran parte de las vitaminas antioxidantes,
muy importantes para el corredor.
La
hidratación es clave: Cuando sales a correr, el sudor que has perdido no
lleva incluida la grasa. Ese agua sí lleva incluida la pérdida de sales
minerales que debes recuperar una vez llegues a casa. A lo largo del día debes
aumentar la hidratación para recuperar el agua perdida y además los músculos no
pierden su elasticidad.
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