¿Qué pasa cuando logramos desprender la felicidad de un objeto, persona o suceso?
Aunque sea de momento, lo que queda dentro de nosotros, desconectado del mundo, es un sentimiento de paz, armonía... algo difícil de explicar, un inmenso bienestar. A la vez, casi todo, lo más sencillo, nos provoca dicha. Si además advertimos que se viene prolongando en el tiempo...
Ese Bienestar que tantas veces deseamos, aspiramos lograr, no es sencillo de alcanzar independizando nuestras emociones cuanto sea posible de los acontecimientos.
Aunque piense tomar una dirección, luego tenga que modificarla, y más tarde suceda algo insólito que me lleve a pensar en otros términos... siempre aparecerá el suceso molesto, la circunstancia desagradable, que por unos minutos intente alejar esa sonrisa. Pero de un tiempo a esta parte, desconozco desde cuándo y por qué, tampoco es importante, se vuelve tan efímero... un click y retornamos, y de la mejor manera.
Será que finalmente ahuyentamos ciertos fantasmas, sucede que soltando un poco el control remoto la vida te lleva, y como todo es impredecible, esta bien que así sea... y vuelven épocas de dejarse sorprender, de dejarse ser.
Es el estado ideal, incondicional con uno mismo.
NOTA: Esa paz y armonía se logra cuando usted está por encima del bien y del mal
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