Se
realizaron estudios donde se demostró que cuando miramos la cara de alguien por
el que sentimos pasión y nos encontramos profundamente enamorados, un número
limitado de áreas en el cerebro están especializadas en esto. (Esto es
independiente del género).
Tres de estas áreas se encuentran en la corteza cerebral y
otros en las estaciones subcorticales. Todas constituyen lo que se conoce como
la parte emocional del cerebro, y no actúan de manera independiente.
Existe una regla neurobiológica que dice que diferentes
áreas del cerebro, o las células, están involucradas. De acuerdo con esta regla, estructuras nerviosas
que se relacionan con el amor son muy distintas, incluso si comparten áreas del
cerebro.
La
pasión del amor crea sentimientos de alegría y euforia, una felicidad que a
menudo es insoportable e indescriptible. Y las áreas que están activadas
en respuesta a los sentimientos románticos son en gran parte coextensivas con
las regiones del cerebro que contienen altas concentraciones de un
neuro-modulador llamado dopamina, el cual está asociado con el deseo, la
adicción y los estados de euforia.
La dopamina es liberada por el hipotálamo, el cual está
situado en una parte muy interna del cerebro y tiene una función como de enlace
entre los sistemas nervioso y endocrino.
Existen
otros dos moduladores que están relacionados con el amor romántico, la
oxitocina (la cual está vinculada a la vasopresina) y la vasopresina.
Ambos son producidos por el hipotálamo y al ser liberados se almacenan en la
glándula pituitaria, se liberan en la sangre, especialmente durante el orgasmo
en ambos sexos y durante el parto y la lactancia en las mujeres.
En los hombres, la vasopresina se relaciona con el
comportamiento social, como la agresión hacia otros machos. La concentración de
ambos moduladores aumenta durante la fase de intenso apego romántico y
emparejamiento. Diversas
áreas del cerebro que están involucradas en el amor romántico tienen ricas
conexiones con otros sitios en el cerebro tanto corticales y subcorticales.
En la zona cortical, junto con la corteza parietal y
partesdel lóbulo temporal, se encuentran las emociones negativas. Las cuales
inactivan el romanticismo, es decir, cuando se enfrenta a la persona y se está
profundamente enamorado, se inician los juicios críticos, los cuales se
utilizan para valorar a las personas.
Hay
áreas del cerebro activadas por el amor romántico o por acciones de anhelo, de igual
forma se activa cuando las madres ven imágenes de sus propios hijos (amor
maternal), a diferencia de a otros niños. Esto derivada de la maternidad
y el amor romántico, comparten un propósito evolutivo común y fundamental, el
de preservación y evolución de las especies.
Estos
dos tipos de amor los encontramos en áreas similares del cerebro como en el
cuerpo estriado que forma parte del sistema de recompensa del cerebro, pero hay
que aclarar que estos dos tipos de amor son diferentes. una diferencia entre
estos es que el hipotálamo está involucrado en el amor romántico.
Muchas personas tienen preferencia por cierto tipos de
personas esto también es influenciado por la cultura o sociedad en la que se
encuentran. En cierta forma creamos un concepto de la clase de persona a la que
nos gustaría amar.
A lo largo de la historia se piensa que el camino hacia el
amor es a través de la belleza. Esto nos lleva a que nos enamoramos de una
persona por su físico y esto nos liga al deseo sexual y todo esto es para la
supervivencia de la especie.
FRASES
PARA DESTACAR
“Esa persona me gusta
por que es bonita o es bonita por que me gusta”
El amor es un constructo hipotético constituido por muchas
dimensiones e interpretaciones.
En
principio, las bases del amor radicarían no en el corazón sino en el cerebro.
El amor es una emoción muy compleja en la que intervienen
numerosos tipos de moléculas necesarias para producir los característicos
arrebatos sentimentales.
El enamoramiento constituye el primer peldaño en la
formación de la pareja.
El amor
y el apego social son funciones facilitadoras de la reproducción ya que proveen
un sentimiento de seguridad y reducen los sentimientos de stress y ansiedad. El
fin último es la perpetuación de la especie.
Si bien
puede existir apego (vínculo o fidelidad) sin que halla amor, no puede existir
amor en ausencia de apego.
La atracción física se desarrolló evolutivamente en busca de
una gratificación sexual,
El sentimiento de enamoramiento sirvió a los individuos para
particularizar sus esfuerzos de apareamiento con los compañeros preferidos.
El sentimiento de la fidelidad fue determinante para ejercer
la labor formadora sobre los hijos tras la paternidad.
El amor no puede ni debe confundirse tan solo con la
atracción romántica, que por sí sola puede ser una emoción positiva o negativa;
capaz de estimular las mejores creaciones poéticas y nuestros momentos más
felices, pero también, puede ser la base de homicidios, depresiones y
suicidios.
El erotismo es un fenómeno exclusivo de la especie humana.
El hombre puede abandonarse en las más complejas fantasías eróticas, sin por
ello tener que culminar el proceso con un acto sexual.
No se cuenta con fármacos capaces de manipular el proceso
del pensamiento erótico.
El erotismo, a su vez, nos provee de las fantasías que
enriquecen las distintas instancias del amor.
Encontrar a la persona que nos atraiga es el primer paso
para la amistad y el amor y es una responsabilidad del sentido de la vista y de
las fosas nasales a través de las feromonas emitiendo mensajes químicos
destinados a su pareja con funciones esenciales para la supervivencia de las
especies. Estas se segregan en la orina, el sudor, la saliva, el aliento y las secreciones
de los órganos genitales.
Las
feromonas, son ácidos grasos volátiles que viajan en el aire sin destruirse.
Estas moléculas pasan al aire y son detectadas por células
nerviosas especializadas
Las feromonas no huelen y afectan a los circuitos cerebrales
relacionados con el comportamiento. Los machos no responden a las feromonas
producidas por ellos, que si afectan a las hembras, y viceversa.
Existen también otros modos de comunicación más refinados como
la belleza, la estética y la calidad de vida individual y social, las
percepciones individuales subjetivas, las creencias y lo cultural.
Existe
una tendencia genética hacia el amor: estamos programados por nuestros genes
para amar.
Se ha encontrado en algunos animales una señal de la
fidelidad, que les permite vivir toda su vida en pareja, como los cisnes de
cuello negro. De cualquier manera una vez que se rompe el encanto y ante el
hecho fisiológico de que el amor se puede acabar, esto no implica que se deba
"morir de amor".
En los humanos se sabe que lo único que permite que una
relación amorosa continúe, cuando ésta ya no es impulsada por la fuerza que
provocan las alteraciones neuroquímicas, es convertir a éstas en un reto del
intelecto y la voluntad.
NOTA: EL AMOR NO SE PUEDE VER SOLO DESDE UNA DIMENSION FISICO QUIMICA,
FISIOLOGCIA O NEUROLOGICA. TODOS SABEMOS QUE HAY ALGO MAS
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