1.
Deleite a sus clientes: como suelen decir: “La mejor defensa es una
buena ofensiva”. Es difícil que la competencia nos alcance si continuamos
deleitando a nuestros clientes. Y esto es cierto por dos razones: primero,
seremos capaces de volver loca a la competencia y no al revés; segundo,
estaremos tan ocupados que no
tendremos tiempo de preocuparnos por lo que la competencia nos está tratando de
hacer.
2. No
asuma que existe información perfecta: algunas compañías creen que
cuando la competencia anuncia un nuevo producto, servicio o alianza, todo el
mercado se entera. En realidad, sólo usted, su competencia saben lo que está
pasando. Al sobre reaccionar, está empeorando el problema sin advertirlo.
3.
Tranquilícese: nunca permita que la competencia lo vea sudando. No se
irrite y empiece las hostilidades porque terminará haciendo una estupidez.
Tranquilícese sobre todo si la competencia lo ha vencido y no hay nada que
hacer. En este caso, como decía mi madre: “No se preocupe por las cosas que no puede cambiar.
Concéntrese en las que sí puede cambiar”.
4.
Actúe como un loco de remate: sí, esta parece una contradicción a lo
anterior. Una buena estrategia para lograr que la competencia nos deje
tranquilos es convencerla de que de lo contrario usted hará una locura. Un buen
ejemplo de esto es Virgin Airlines. ¿Quién quiere competir con una aerolínea
que ofrece transporte gratuito en limosina al aeropuerto, masajes y manicuras
en vuelo y acepta los programas de viajeros frecuentes de la competencia?
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