La semana pasada dos estudios independientes probaron que
tomar líquidos con azúcar ayuda a aumentar de peso.
La noticia, a pesar de lo obvia, causó revuelo porque ciudades donde la
epidemia de obesidad está descontrolada, como Nueva York, consideran prohibir
vender gaseosas en los restaurantes.
El primer estudio, hecho en el Boston Children´s Hospital
abarcó a 224 adolescentes
con sobrepeso y obesidad quienes durante un año solo tomaron agua y bebidas
dietéticas.
Estos niños ganaron apenas 1,5 kilos en ese lapso,
mientras que el grupo de control que si consumió bebidas con azúcar subió 3,5
kilos.
En el otro trabajo, hecho en VU University Amsterdam con
641 niños normales entre 4 y 11 años, la mitad de ellos tomaron diariamente
ocho onzas de una bebida endulzada y los demás una sin azúcar.
Luego
de 18 meses, el primer grupo ganó 7,2 kilos, casi tres más que los demás.
Aunque no se puede culpar a un solo factor de la epidemia de obesidad, los
expertos señalan que cortar con gaseosas y jugos endulzados es un buen
comienzo.
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