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> San Lucas > El buen samaritano (42:10:25 - 42:10:37)
Y he aquí, cierto maestro de la ley se levantó para
probarle, diciendo: —Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?
Y él le dijo: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
El le respondió diciendo: —Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y
a tu prójimo como a ti mismo.
Le
dijo: —Has respondido bien. Haz esto y vivirás.
Pero
él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?
Respondiendo
Jesús dijo: —Cierto hombre descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de
ladrones, quienes le despojaron de su ropa, le hirieron y se fueron, dejándole
medio muerto.
Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel
camino; y al verle, pasó de largo.
De igual manera, un levita también llegó al lugar; y al
ir y verle, pasó de largo.
Pero
cierto samaritano, que iba de viaje, llegó cerca de él; y al verle, fue movido
a misericordia.
Acercándose a él, vendó sus heridas, echándoles aceite y
vino. Y poniéndole sobre su propia cabalgadura, le llevó a un mesón y cuidó de
él.
Al día siguiente, sacó dos denarios y los dio al mesonero
diciéndole: “Cuídamelo, y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando
vuelva.”
¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo de
aquel que cayó en manos de ladrones?
El
dijo: —El que hizo misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: —Vé y haz tú lo
mismo.
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