“Fue amor a primera vista”
“Ciertamente, el ‘flechazo’ existe para la ciencia”,
“Sistemas de neurotransmisores que activan el circuito del placer (como la
dopamina) pueden activarse rápidamente ante una persona que resulta atractiva,
produciendo una sensación de bienestar y apego. Salvando las distancias, en el
amor a primera vista interviene el sistema de recompensa, el mismo que se
activa en las adicciones, y produce una sensación de placer no demorada. El
atractivo físico, la fijación de la mirada, la simetría facial, la inteligencia
en el hombre y la relación cintura-cadera y la edad en las mujeres actúan como
inductores de la experiencia de flechazo”.
“No
se puede vivir sin amor”
“Una investigación
mostró que los hombres casados desarrollaban menor nivel de ateroesclerosis que
los solteros. Así interpretaron que la tranquilidad y la estabilidad emocional
disminuían el nivel de estrés y generaban menor formación de ateroesclerosis”.
¿Qué ocurre con las mujeres? “Se comprobó que quienes desarrollaban menor nivel
de ateroesclerosis eran quienes manifestaban vivir una relación de pareja
feliz. Así, se interpretó que en los hombres importa más el status (‘estar
casado’), mientras que en las mujeres es central que sea un vínculo
satisfactorio”.
Otro estudio realizado entre más de 500 mil parejas
formadas por mayores de 65 años mostró cuánto daña la salud la viudez: el
riesgo de muerte aumentó hasta un 21% en los hombres que enviudaron y hasta el
17% en las mujeres.
“El
amor es ciego”
Los estudios realizados permiten observar qué regiones
del cerebro se activan, por ejemplo, ante la foto del ser amado. Ellos “han
mostrado que el amor romántico activa dos procesos cerebrales que favorecen la
‘ceguera’. Por un lado, las áreas que se asocian a la distancia social y a las
emociones negativas (corteza prefrontal y áreas parieto-temporales) tienden a
reducirse ante la observación de estímulos provenientes del ser amado. A la
vez, se activan centros del placer y apego. Así, el enamoramiento parecería
producir una fuerte gratificación y un ‘olvido’ de los aspectos negativos. Ello
tal vez ayude a entender por qué cuando nos enamoramos experimentamos una
sensación casi mística”.
Otro estudio mostró que algunas de las áreas que se
activan en el enamoramiento también lo hacen ante el odio desmedido (“estaba
ciego de rabia” o “del amor al odio hay un solo paso”).
“La
pasión no es amor”
“Una cosa es la pasión erótica y otra muy distinta es el
amor pasional. La primera se refiere al intenso erotismo sexual, por lo que
serán dichosas aquellas parejas que logren mantenerla a lo largo de los años”.
“Sin embargo, el amor pasional incluye la idealización y la dependencia, de
modo tal que la autoestima depende absolutamente del vínculo. De este modo, cualquier
sombra o amenaza de pérdida es suficiente para derrumbar la ilusión y generar
esos gritos desesperados del estilo ‘no me dejes, te lo ruego’. Es una
dependencia maligna. Claro que no es amor, sólo parece”.
Pero la pasión ¿no tenía buena prensa? “Pasión deriva de
padecer. ‘La pasión del hincha’ es aguante y sufrimiento, ‘la pasión de Cristo’
es dolor”, ejemplifica Horvat.
“Está
loco de amor”
Una importante investigación científica encontró que los
niveles de serotonina (un neurotransmisor del sistema nervioso) de las personas
enamoradas eran similares a los de los pacientes con trastorno
obsesivo-compulsivo.
“Los
celos fortalecen la relación”
La frase ‘si hay celos es porque hay amor’, es una
falacia. Quien cree que ‘un poco de celos está bien’ porque demuestra interés,
evidentemente no está recibiendo otras muestras de interés”.
“Es
infiel porque no está enamorado”
“La infidelidad depende de muchos factores diferentes al
enamoramiento. Como demuestran los estudios de la teoría del apego intergeneracional,
ciertos patrones de conducta fiel o infiel podrían ser aprendidos en base a la
historia familiar”.
Una investigación del Instituto Karolinska, de Suecia,
indicó que la variante de un gen provocaría una mayor o menor aptitud hacia la
vida en pareja, por lo que sus portadores serían más infieles.
El ser humano es un ser social y cultural con capacidad
de toma de decisiones a largo plazo, en el que, además de sus genes,
intervienen su educación, sus creencias religiosas, sus obsesiones o sus
represiones”.
“Amar
es no pedir nada a cambio”
Existen más de 40 estudios que muestran que dar o hacer
bien a los demás contribuyen a la felicidad, la salud e incluso a la
longevidad. “Hay una forma de amor, que no está basada en una evaluación de las
cualidades del amado, no se ve limitada por la reciprocidad y tampoco se vuelca
hacia el resentimiento al ser rechazado”.
“Se trata de la
forma más pura de dar. Este es el amor libre de la ley de la reciprocidad, del
apetito. Es un amor que considera que la alegría y la seguridad del amado son
tan significativas como las propias (o incluso más) y, por ende, no necesita
poseer, aferrarse o dominar. Este es el amor que suele existir entre grandes
amigos, el que sienten los padres por sus hijos, el que vemos en los
matrimonios exitosos”.
Este
amor involucra a la hormona oxitocina, afecta a una parte del cerebro (circuito
mesolímbico) y nos permite sentir alegría. “Por eso, tiende a estar asociada
más con la tranquilidad y la confianza que con la pasión y lo salvaje”.
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