El
verano es la época del año en la que más infidelidades se cometen.
Está demostrado: igual que el clima influye en nuestro estado de ánimo lo
hace también en nuestro apetito sexual.
El
sol y las temperaturas agradables nos convierten en personas más sociables...
y más infieles.
Como nos explica el sexólogo experto, al disponer de más
horas de sol nos animamos a salir y se favorecen las relaciones con los demás.
Según la encuesta realizada por la web Romance Secreto el
37% de las personas encuestadas reconoce haber tenido una aventura en verano al
menos una vez en su vida.
El
principal motivo es la falta de coincidencia en las fechas de vacaciones de la
pareja.
Mientras que uno trabaja, el que se encuentra ocioso
entra en un estado de relax que propicia una subida del apetito sexual ya que
no se ve afectado por el estrés del trabajo y de la rutina.
Además, como nos explica una psicoterapéuta, "las elevadas temperaturas
aumentan la segregación de serotonina, la hormona que regula el deseo
sexual".
La segunda estación más propicia del año, según los
encuestados, es la primavera dónde impera el puro deseo por encima de otros
factores. La melancolía del otoño, sin embargo, hace que no estemos muy
dispuestos a acercarnos a otros individuos.
Precisamente, "estar a gusto con nuestro físico es
fundamental para atraer a los demás y poder disfrutar de una noche de sexo
placentero", afirma la experta en sexo. "Cuando nos encontramos física y anímicamente bien,
el sexo se convierte en una experiencia inolvidable. Y para ello, debemos tomar
los nutrientes necesarios".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios