Un gerente estaba muy
enojado y liberó su furia gritándole a un director de área.
El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado.
La esposa maltrató a la empleada cuando rompió un plato y la
empleada dio un puntapié
al perro que la hizo tropezar.
El perro se fue corriendo y mordió a una señora que le obstaculizaba su
carrera en la calle.
La señora fue al hospital a que le curaran la herida, y ofendió al joven médico,
cuando le dolió la vacuna.
El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, puesto que la comida no era de
su agrado.
La madre, tolerante y
serena, le acarició la cabeza y dijo: "Hijo, estás fatigado, te haré tu comida
favorita, arreglaré tu cama y mañana te sentirás mejor.
Bendijo a su hijo y así
interrumpió el espiral del odio con su amor y su bondad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios