Las gafas de sol no fueron inventadas para bloquear la luz del astro
rey, sino para ocultar las emociones.
Se empleaban en los juzgados de la antigua China mientras el juez leía
la sentencia, allá por el siglo XII.
Entonces los jueces usaban lentes de cuarzo oscurecidas con humo
para ocultar la expresión del ojo. En 1929 ya se comercializaban en Estados
Unidos.
Este dato curioso es bueno para pensar en lo tentador que es no mostrarnos
tal como somos y usar máscaras.
Un mal bien común al enamorar o al crear
cualquier relación con unas consecuencias funestas y frustrantes.
Como bien lo expresa Gilbert Brenson: "Te pones una máscara, y el
otro se enamora de la máscara, no de ti".
Busca un espacio sereno, relájate, examínate y elige desechar las máscaras,
si de verdad quieres ser feliz.
Sé tú mismo y no lleves una vida doble porque el
precio que pagas por eso es exorbitante: Te alejas de la felicidad.
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