El
psiquiatra Carl C. Jung se interesó por el oriente y los mandalas, y se dio
cuenta que eran benéficos.
En esas preciosas figuras descubrió
propiedades integradoras y ayudas terapéuticas.
Dibujando
o elaborando mandalas una persona puede comenzar a poner orden en su caos
interior.
Las figuras geométricas, la simetría y los
colores influyen positivamente en la mente y en el alma.
Al meditar con ellos experimentas cosas lindas
que ayudan a sanar heridas emocionales, dejar el estrés y aumentar la calma.
Observa en youtube cómo los monjes orientales
hacen hermosos mándalas con arena de colores.
Así
meditan se aquietan, interiorizan y nos invitan a dejar de lado el acelere, el
ruido y las apariencias.
Imprime algunos de los que hallas en internet,
en un lugar calmado
píntalos y harás un viaje espiritual.
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