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de cada 100 Colombianos se sienten felices. Además, casi la mitad de los
colombianos es optimista frente al 2018, según una encuesta global.
Optimismo en Colombia
Según la investigación, el nivel de optimismo de los
colombianos supera en 6 puntos al de los latinoamericanos.
Casi
la mitad de los colombianos, un 46 por ciento, piensan que su situación
mejorará en el 2018 con respecto al 2017. Y esto, a pesar de que un tercio cree
que este será un año de dificultades económicas.
Lo anterior puede tener mucho que ver con el hecho de que
el país volvió a ubicarse como el segundo más feliz del mundo, entre las 55
naciones que mide la encuesta anual de fin de año realizada por Gallup, WIN y
el Centro de Consultoría, en Colombia.
Solo
un 26 por ciento de los nacionales piensa que el 2018 será peor para ellos, en
términos generales, que el 2017, mientras que otro 26 por ciento tiene
la expectativa de que será igual.
Según la investigación, el nivel de optimismo de los
colombianos supera en 6 puntos al de los latinoamericanos (40 por ciento) y en
9, al del promedio global (39 por ciento).
En
el mundo, quienes ven con mayor ilusión lo que pueda traer este año son los
habitantes de Indonesia, Nigeria, Fiyi, Bangladés e India, los primeros lugares
en la lista de los optimistas.
No obstante, según la encuesta, que consultó a 52.000
personas en los cinco continentes, el entusiasmo global decreció de manera
visible.
Al mirar el índice de optimismo (que se obtiene de tomar
el porcentaje de los que son optimistas y restarle el de los que son
pesimistas) este pasó de un índice 37 puntos a uno de 16 este año. Por el contrario, el de
Colombia, que es de 20, tuvo un aumento de dos puntos respecto al 2017.
¿Qué pasó para que se diera este bajonazo mundial? Para
Pablo Lemoine, director de innovación del Centro de Consultoría, “este descenso revela un mundo
con serias preocupaciones y un futuro menos predecible. El mundo está muy
dividido y hay varios dirigentes mundiales, como Donald Trump, de Estados
Unidos, que están tomando decisiones en el sentido contrario de sus antecesores.
Por ejemplo, de fronteras abiertas, a muros. Es como un péndulo que se está
devolviendo. Eso influye en las expectativas políticas y económicas de países
grandes como Rusia, China y el mismo Estados Unidos, y como lo que ellos decidan nos toca a todos, esto
genera incertidumbre”.
Esta situación de cautela también se refleja en el índice
de optimismo económico, que pregunta si el nuevo año será de prosperidad, de
dificultades económicas o seguirá igual.
En
este ítem, Colombia también se destaca, pero ahora por estar por debajo del
promedio mundial y de la región con un -9 puntos, mientras que el de A. Latina
es de -3 y el del mundo, -2.
En el país, un 31 por ciento de encuestados creen que
será un año de dificultades, frente a un 22 por ciento que ven prosperidad, y
un 45 por ciento que opinan que será igual.
Sin
embargo, en los países europeos andan más preocupados que nosotros por lo que
pueda pasar con la economía, pues la lista de pesimistas la lideran
Italia (-50 puntos), Grecia (-43) y Turquía (-40), seguidos por Irán, Ucrania y
el Reino Unido.
En cambio, los países que creen que habrá más prosperidad
en el 2018 son Nigeria (59 por ciento), Vietnam (55 por ciento), Indonesia (53
por ciento) e India (46 por ciento).
Otros datos
Al revisar el comportamiento del índice de felicidad por
edad, ingresos y por situación laboral, los resultados son los siguientes:
*
Los jóvenes (entre 16 y 24 años) son 16 puntos más felices que las
personas mayores de 64 años.
* La popular frase de Pambelé, de que es mejor ser rico que pobre,
se refleja en esta encuesta: quienes tienen altos ingresos son 34 puntos más
felices que los de bajos ingresos.
* Quienes
trabajan y los estudiantes son cerca de 20 puntos más felices que los
desempleados y pensionados.
Optimismo
y felicidad en Estados Unidos y América Latina
En América Latina, los países que lideran en optimismo
son Argentina y Perú, resultados que son consistentes con el desempeño
económico y se dan a pesar de la inestabilidad política.
Colombia
tiene el mismo nivel de optimismo que los Estados Unidos de Trump, los
dos países están divididos por igual entre los que son pesimistas y los que son
optimistas.
México y Brasil expresan en sus bajos índices de
optimismo el impacto de su inestabilidad política y económica, especialmente
México, que ocupa el último lugar en la región.
En
cuanto al optimismo económico, vemos que Perú, Argentina y Ecuador están mejor,
lo cual es consecuente con el desempeño económico obtenido en el 2017.
Estados
Unidos está divido frente al optimismo sobre el futuro de su economía, a
pesar de que Trump haya cumplido su promesa de campaña sobre la reforma
tributaria.
En contraste, vemos cómo Colombia y México presentan los menores niveles de
optimismo económico, lo cual es consistente con su desempeño económico y
su situación política.
¿Por
qué tanta felicidad?
La encuesta mundial también preguntó por el grado de
felicidad de los ciudadanos, y
de nuevo Colombia ocupa el segundo lugar como el país más feliz del mundo.
En este caso, 88 de cada 100 colombianos consultados se
sienten felices, mientras que en el mundo son solo 59 de cada 100.
En
términos de Índice de Felicidad, tanta dicha solo es superada por los
habitantes de Fiyi, la isla del Pacífico Sur que por segundo año
consecutivo ocupa el primer puesto con 92 puntos; Colombia tiene 86 y les
siguen Filipinas (84), México (82) y Vietnam (77).
Este
indicador está muy por encima del índice global, que es de tan solo 31 puntos;
el latinoamericano, que llega a 59 puntos, y del de Estados Unidos, alcanza los
50 puntos.
En
el otro extremo, o sea, los países más infelices, están Irán (5 por ciento),
Irak (7 por ciento), Ucrania (8 por ciento), Grecia (21 por ciento) y Moldavia
(24 por ciento).
No es la primera vez que Colombia figura en los primeros
lugares de este y otros índices de felicidad, aunque midan distintas variables,
resultado que no deja de
sorprender a muchos frente a tantas necesidades económicas y sociales
sin resolver a nivel nacional, y los altos indicadores de inequidad.
Sin embargo, ya ha hecho carrera la teoría de la capacidad de resiliencia
de los colombianos, que pese a la adversidad siempre tienen la esperanza
de salir adelante, sumado a un factor cultural que tiene que ver con ser un
pueblo alegre.
Para el antropólogo, doctor en sociología y escritor
Fabián Sanabria, en estos resultados influyen dos aspectos centrales: el tipo
de encuesta y el carácter de los colombianos.
“La
encuesta hace preguntas subjetivas sobre cómo te sientes y no objetivas acerca
de tu estado de bienestar, el cual tiene que ver con que tengas para comer,
agua potable, trabajo, educación, infraestructura, etc.”, comenta.
Sanabria explica que aunque falten muchas de estas cosas
que son claves para una buena calidad de vida, funciona aquella frase popular
de ‘al mal tiempo, buena
cara’.
“Al
preguntarle a la gente si se siente bien, por una cuestión de supervivencia,
responde que sí, porque si también te hundes subjetivamente, ya que
objetivamente te faltan muchas cosas, no vas a salir de la olla. Así son los
procesos de resiliencia de un país o de un individuo: no importa que tan
llevado estoy, tengo ánimo para seguir adelante. Esto es muy frecuente en países del tercer mundo,
donde siempre son felices así no tengan qué comer, pero bailan y cantan con un
equipo gigante de sonido a todo volumen”.
A
esta capacidad de recuperarse de las dificultades y mirar con optimismo el
futuro, Pablo Lemoine, del Centro Nacional de Consultoría, agrega otro
factor, que han medido en otras encuestas y que tiene que ver con la
importancia que les damos los colombianos a las relaciones con familiares y
amigos.
“Se
ha estudiado que la felicidad tiene mucho más que ver con la relación con tus
hijos, con tus papás, con los amigos, que con los ingresos económicos. Colombia
es un país muy familiar y eso pesa, hay países donde papás e hijos no se
hablan”.
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