Nuevos tratamientos contra cánceres
agresivos presentan resultados alentadores.
Varios nuevos tratamientos contra
cánceres avanzados de pulmón, sangre, tiroides y ovario resistentes a otras
terapias dieron resultados positivos, según ensayos clínicos difundidos este
sábado que confirman los
progresos realizados en la lucha contra esta enfermedad.
La
Imbruvica (Ibrutinib), de los laboratorios estadounidenses Pharmacyclics y
Johnson & Johnson, logró
prolongar la vida de personas afectadas por leucemia linfoide crónica que no respondían a la
quimioterapia combinada con un anticuerpo, el tratamiento estándar para
este cáncer de la sangre, el más habitual en adultos.
Este agente estimula la autodestrucción
de las células cancerosas y bloquea su proliferación. La agencia de
medicamentos de Estados Unidos (FDA) lo aprobó para tratar linfomas resistentes
y para la leucemia.
Es la primera vez que un
anticancerígeno ingerido vía oral permite un claro aumento de la supervivencia
de estos pacientes,
remarcaron los investigadores, que presentaron este estudio clínico en la
conferencia anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), el mayor
coloquio sobre el cáncer, reunido este fin de semana en Chicago (Illinois,
norte de Estados Unidos).
"Con el Ibrutinib, cerca del 80%
de los pacientes estaban aún en remisión un año después, dos veces más de lo
que se puede esperar de una terapia estándar", comentó el Profesor
de medicina en la Universidad de Ohio, que realizó este estudio entre 391
pacientes de una media de 67 años de edad.
"Estos
datos favorecen la utilización de este medicamento como primer tratamiento para
estos enfermos".
Otras
terapias permitieron retrasar en un año y medio el avance de tipos agresivos de
cáncer de tiroides.
El Lenvatinib, un agente desarrollado
por los laboratorios SFJ Pharmaceuticals, de Estados Unidos, y Eisai, de Japón, condujo también a
la reducción del tumor en alrededor de dos tercios de los enfermos.
"Confiamos en que con estos
resultados el Lenvatinib se convertirá en la primera opción para tratar este
tipo de cáncer de tiroides", resistente al iodo radioactivo, eficaz en
la gran mayoría de los casos.
Un
tercer ensayo clínico, también presentado en la conferencia de la ASCO, estuvo
relacionado con el
Ramucirumab (Cyramza), un antiangiogénico del laboratorio estadounidense Eli
Lilly que bloquea la formación de vasos sanguíneos en los tumores.
Aprobado
por la FDA para el
tratamiento del cáncer agresivo del esófago, este medicamento permitió
prolongar ligeramente la vida de pacientes con cáncer muy avanzado del pulmón,
según un ensayo clínico.
Este
modesto resultado fue considerado de todas maneras como significativo por los
oncólogos, al ser "el
primer tratamiento que en diez años permite mejorar la evolución de este cáncer
con un tratamiento alternativo a la quimioterapia".
Finalmente,
un ensayo clínico con dos agentes experimentales tomados de manera combinada, el Olaparib y el Cediranib, del
laboratorio británico AstraZeneca, permitió duplicar, a 17,7 meses, la
supervivencia de mujeres víctimas de un cáncer agresivo de ovario en
relación a las pacientes no tratadas con Olaparib. Se trata del primer
inhibidor de la enzima PARP que permite la reparación del ADN de las células
cancerosas.
El Cediranib bloquea a su vez la
formación de vasos sanguíneos en el tumor y el crecimiento de las células
cancerosas.
Ninguna
de estas dos moléculas ha sido aún aprobada por la FDA.
Se
dispone actualmente de numerosas familias de moléculas que actúan sobre
distintos objetivos y que permiten bloquear la proliferación de células
cancerosas.
La quimioterapia tradicional, en
cambio, bloquea únicamente la multiplicación de estas células pero tiene
mayores efectos secundarios.
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