Leonardo
da Vinci era genial, entre otras cosas, porque valoraba y aprovechaba todos sus
sentidos.
Algo
que no es común ya que lo habitual es oír sin escuchar, ver sin mirar y tocar
sin sentir.
¿Tú disfrutas de verdad con la variedad de
aromas y esencias? ¿Aprecias la vasta gama de colores?
Deja
las carreras, ama el silencio, relájate y dedícate un buen
rato a tocar distintas texturas.
Detente y observa con cuidado un paisaje,
admíralo en todos sus detalles y distingue las tonalidades.
Acaso quien más valora los sentidos es aquel
que los pierde por un tiempo debido a una enfermedad.
Pero tú hazlo, sin llegar a ese extremo y sé
consciente de otros dos: El sentido común y el sentido del humor.
Aprovéchalos
para hacer más serena y agradable tu vida y las de todos los que tratas.
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