Nos guste o no, vivimos en un mundo gobernado por los medios de comunicación. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos sufrimos un bombardeo continuo de mensajes desde la televisión, la radio, internet o cualquier tipo de publicidad en las calles.
Es completamente imposible que permanezcan ajenos a estos mensajes ya que invaden cualquier espacio susceptible de alojar publicidad , ya sea un espacio real o virtual. Si prestamos atención, observaremos una serie de temas o ideas recurrentes en dichos mensajes.
Estas ideas están tan fuertemente interiorizadas en el imaginario
colectivo que no las cuestionamos y las consideramos casi dogmas de fe. Para
cuestionarlas es necesario adquirir consciencia de aquello que estamos viendo y
escuchando. Sin embargo
adquirir consciencia bajo un bombardeo tan planificado y continuado es poco
menos que tarea imposible.
Prácticamente cualquier programa que encontramos en la TV, incluídas las
noticias, transmite implícitamente estas ideas. Son ideas tan persuasivas que se hacen difíciles de
ignorar y fáciles de interiorizar.
A continuación intentaré comentar
alguna de estas ideas negativas con el fin de que puedas identificarlas y
decidas conscientemente aceptarlas o ignorarlas.
Mentira 1: Debes consumir para
ser feliz
El impulso de comprar se ha convertido en un acto reflejo elicitado por
los medios de comunicación.
Los actos reflejos son aquellos que ocurren fuera de nuestra conciencia
y nos llevan a tomar acción sin cuestionarnos aquello que estamos haciendo. No
hay nada que produzca mayor felicidad que comprarte un cochazo que ni siquiera
tu jefe puede permitirse y aparcarlo a su lado.
Sólo por ese pequeño instante de
felicidad eres capaz de endeudarte hasta las cejas durante varios años. A falta de jefe
siempre aparecerá el vecino o el cuñado de turno dispuesto a medirse el ego
contigo. Da igual que tengas todo lo que necesitas para ser feliz.
Los medios de comunicación te dicen que la auténtica felicidad reside en
tener más que tu prójimo. O
sea, que tu felicidad no depende de ti, sino de cuánto dinero esté dispuesto a
gastarse el vecino. Gran negocio.
Mentira 2: Tu cuerpo es
imperfecto
La mentira no es que te digan que tu cuerpo es imperfecto, sino que te
vendan que tienes que comprar ciertos productos para que deje de serlo. Los productos cosméticos han
sido renombrados como “productos de belleza” que queda mejor y vende más.
Por no hablar de las cremas
antienvejecimiento, cremas antiarrugas, lociones adelgazantes, dietas
milagrosas bautizadas con el apellido de su creador, y un largo etcétera. El otro día vi
anunciar una nueva dieta que está causando furor en USA: “La dieta de los 17
días”. Y yo me pregunto: ¿cuándo llega el día 18 qué haces? ¿vuelves a comer
como siempre o tienes que volver a hacer la dieta de nuevo? ¿pero quién se
puede creer esto? ¿realmente han conseguido lavarnos el cerebro?.
No entiendo porqué nos cuesta tanto usar el sentido común. No existen
los remedios milagrosos y mucho menos cuando se trata de tu cuerpo. Ya lo
decían nuestras abuelas: “las prisas son malas consejeras”. ¿Tanto cuesta comer
siempre de forma equilibrada y practicar algo de deporte? Lo queremos todo aquí
y ahora y luego nos sorprendemos de que a algunas edades comiencen a aparecer
ciertas enfermedades muy extendidas.
Siguiendo con el tema de la imperfección de nuestros cuerpos, no podía
dejar de comentar los
conocidos anuncios de teletienda y sus fantásticos artilugios pasivos
quemagrasa. Y digo pasivos porque tú no tienes que hacer nada. Puedes
estar tranquilamente viendo la tele o leyendo un libro mientras el aparato
trabaja silenciosamente esculpiendo tu cuerpo. Y todo ello sin perder una gota de sudor.
A pesar de que llevan muchos años de emisión, el formato y mensaje de
los anuncios de teletienda sigue siendo el mismo. Y esto tan sólo quiere decir
una cosa: seguimos
comprando esos productos.
Mentira 3: El mundo está repleto
de compañeros sexuales
Este punto está muy relacionado con el punto anterior. El mundo está repleto de
oportunidades para echar un polvo y encontrar a la pareja de tu vida. De
ti depende comprar ciertos productos para no desperdiciar dichas oportunidades.
Una colonia, un desodorante o una
operación de cirugía estética. Todo vale con tal de no quedarnos solos el resto
de nuestras vidas. Sin embargo se les olvida decirnos que para construir una
relación duradera hace falta mucho más que atracción física. Pero claro,
conocer a alguien de verdad no es algo que ocurre de la noche a la mañana sino
que requiere de cierto tiempo y esfuerzo.
Un tiempo y esfuerzo bastante superior a los patéticos cortejos que
vemos en “Hombres, mujeres y viceversa”, famoso programa conocido por el
desfile incesante de cuerpos curtidos en gimnasios y quirófanos. Pero eso sí,
luego se les llena la boca diciendo que buscan a alguien que los quiera por su
interior.
Podría seguir largo y tendido hablando de estos temas. Como habrás
podido observar está todo interrelacionado: consumo, sexo y felicidad. Es muy
difícil separar unas categorías de otras. El consumo lleva al sexo y el sexo
lleva a la felicidad. Y lo cierto es que mientras seas consciente de aquello
que estás viendo, no hay nada de malo en ello.
El problema surge cuando pensamos que la única realidad posible es la que observamos por esa ventanita que llamamos televisión. Existe otro mundo ahí fuera bastante diferente . Detrás de las cadenas de TV existen intereses políticos y corporativos que buscan vender sus productos. Y todo vende, hasta los informativos.
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