A continuación desmentimos algunos de los mitos e ideas
falaces más extendidos en el mundo.
Napoleón
era bajito
¡Qué gran mentira! Con 1.67 metros, su estatura era
ligeramente mayor a la del hombre francés medio de su tiempo.
No
nadar justo después de comer
Esto no eleva el riesgo de sufrir calambres; ingerir
alcohol es un riesgo mayor. Pero el estómago lleno hará que te falte el
aliento.
El
agua salada hierve más rápidamente
Añadir un poco de sal al agua no acelerará el hervor; por
el contrario, puede hacer que tarde más en hervir.
El
aceite evita que la pasta se pegue
No es así; el aceite sólo la pone grasosa. Lo que evita
que se pegue es removerla.
Los
perros sudan a través de la saliva
Falso; ellos regulan su temperatura mediante el jadeo, y
sudan a través de las almohadillas de las patas.
Una
moneda que cae puede matar a alguien
La velocidad máxima que una moneda chica alcanza al caer
es de 48 a 80 kilómetros por hora. No es suficiente para matar, pero sí para
producir dolor.
LA
GRAN MURALLA CHINA SE VE DESDE EL ESPACIO
No es cierto. Ninguna estructura construida por el ser
humano es visible desde el espacio exterior, pero de noche sí se alcanzan a ver
algunas ciudades.
El
GMS da jaqueca
No hay ninguna prueba científica —sólo casos anecdóticos—
de que el GMS, o glutamato monosódico, ocasione dolor de cabeza.
Einstein
reprobó matemáticas
Mentira. Reprobó el examen de admisión a una escuela,
pero eso no le impidió sobresalir en matemáticas.
Tres
reyes magos adoraron al niño Jesús
Ninguno de los Evangelios especifica que fueran tres, ni
tampoco que fueran reyes.
Agujeros
negros
No son “agujeros” en realidad, sino objetos
extremadamente densos que poseen una atracción gravitacional inimaginable.
Los
humanos tenemos cinco sentidos
Algunos científicos insisten en que son 21, entre ellos
el del dolor, el del equilibrio y el de la temperatura.
Sólo
usamos el 10 por ciento del cerebro
La proporción de esteórgano que se “activa” en un momento
dado depende de la tarea de que se trate, pero, básicamente, usamos todas las
regiones casi a diario.
El
alcohol mata las neuronas
Falso; estas células no mueren, ni siquiera las de los
alcohólicos y los bebedores empedernidos; sólo se dañan.
No
hay que despertar a los sonámbulos
No es peligroso hacer eso, pero se sentirán muy
confundidos. Es más probable que ellos se causen lesiones si no se les
despierta.
Las
vacunas provocan autismo
Creer esto es un temor sin fundamento basado en
investigaciones tendenciosas de las que existen pruebas de que fueron
manipuladas.
No
hay que tocar a los polluelos
La mayoría de las aves tienen un sentido del olfato poco
agudo, así que no abandonan a sus crías si “huelen” a manos humanas.
La
leche aumenta la secreción de moco
Es puro cuento. No necesitas dejar de consumir productos
lácteos si tienes gripe o estás resfriado.
La
cafeína deshidrata
No es así. El efecto diurético de las bebidas con cafeína
lo provoca la cantidad de agua usada para prepararlas.
Los
plátanos (bananas) crecen en árboles
En realidad, son los frutos de unas plantas herbáceas
perennes de gran tamaño que parecen árboles.
Digerir
un chicle lleva siete años
La base gomosa del chicle es indigerible y pasa
directamente por los intestinos. El resto se absorbe.
Afeitarse
engruesa los vellos
El vello que vuelve a crecer no se pone más grueso,
tupido, ni más oscuro; sólo parece más grueso porque al emerger nuevamente
tiene la punta roma.
Los
vikingos usaban cascos con cuernos
No es verdad. Estos cascos fueron creados en el siglo XIX
por un diseñador de vestuario para una ópera de Richard Wagner.
Los
murciélagos son ciegos
Estos animales no sólo ven, sino que poseen un eficiente
biosonar (orientación por eco). ¡Por eso son tan hábiles para esquivar objetos!
El
alcohol nos mantiene calientes
Falso; tan sólo dilata los vasos sanguíneos cercanos a la
piel, lo que crea la impresión de que generan calor. Más bien, el alcohol puede
hacer que baje la temperatura interna.
Ingerir
azúcar causa hiperactividad
Muchos estudios han desmentido esto. El comportamiento
hiperactivo se ha observado también en niños que llevan una alimentación libre
de azúcar.
Los
toros detestan el color rojo
Es mentira: los astados son daltónicos. Lo que los
impulsa a embestir es que perciben como una amenaza los movimientos que el
torero hace con el capote.
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