Muchas veces en el devenir humano el
pasado retorna como la serpiente que se muerde la cola.
Al
humano le cuesta mucho estar en el sabio Camino Medio de Buda y tiende a irse a
los extremos.
Por eso
un gobierno de derecha es sustituido por otro de izquierda, y luego vuelve la
derecha y así hasta el infinito.
Es común que un incrédulo se vuelva un
gran creyente o que un ser muy religioso pase a ser descreído.
Por eso es tan valioso el Camino Medio, un sendero de sereno balance,
alejado de los extremos a los que se va el péndulo.
Mira en
qué actitudes eres intransigente, fanático o amigo de los extremos, sin un
ápice de flexibilidad.
Evita ese conocido “así soy yo” que te
dicta el Ego soberbio y que solo genera conflictos e infelicidad.
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