Los negocios no tienen nada que ver con
terminar cosas sino con hacer cosas, muchas cosas. Quizá, demasiadas cosas. Los
negocios aprovechan dos de nuestros recursos menos renovables (tiempo y
energía) y brindan un retorno del que no podemos escapar.
El
problema es que a nadie le enseñaron a lidiar con esta carnicería. En la
escuela uno terminaba la tarea; en casa uno lava el plato. Pero ahora la información es más
barata que la comida chatarra y estamos cada vez más inmersos en la misma.
Nuestra posibilidad de superar esta situación depende de nuestro trabajo.
El wu
wei constituye un estado mental en el que el mundo pareciera estar trabajando
para nosotros. Nos sentimos tranquilos y, a la vez, alerta; concentrados y
receptivos; obteniendo fuerzas de la tormenta mientras estamos en el ojo de la
misma.
Al
igual que el maratonista que se siente impulsado, logramos el máximo con el
mínimo de energía. Es un estado en el que el trabajo duro no parece tal. Pero
tampoco parece un juego.
Es
más bien el concepto de felicidad de Aristóteles: el ejercicio pleno de lo que deberíamos estar haciendo.
NOTA: Wu wei (en chino "No
Acción") describe un importante aspecto de la filosofía taoísta en el cual
la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no actuar (forzar), si
bien se hace mucho énfasis en la literatura taoísta que no es lo mismo no
actuar que no hacer nada. También significa "sin esfuerzo" y
"crecimiento" las plantas crecen por wu wei, es decir no hacen
esfuerzos para crecer, simplemente lo hacen. El Wu Wei sería, pues, una forma
natural de hacer las cosas, sin forzarlas con artificios que desvirtúen su
armonía y principio.
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