Acaso
usted ha oído hablar de la 'Generación ni-ni', nombre dado a un creciente
número de jóvenes que ni estudian ni
trabajan. En estos días, en España, una cadena de
televisión va a iniciar un reality con varios de esos muchachos, que contarán
con sicólogos que les ayuden a salir de un gaseoso estado de 'ni fu, ni fe': ni futuro ni felicidad.
Ahora
bien, ¿no será que la 'Generación ni-ni' en buena medida nace de la 'Generación
no-no'. O sea, adultos protectores cuyo 'amor' los lleva a
pensar y actuar con base en esta complicada premisa: "no le exijo - no lo suelto".
Sobre
todo en el estrato adinerado abundan los hijos 'recostados'. La vida les pasa de lado y cuando reaccionen, ellos o sus padres,
acaso sea demasiado tarde para centrarse. Y es que sobreproteger a los hijos es
un mal que acecha al adulto cegado por este modo de pensar: "que no sufran
como yo". Con ese
amor equívoco da en demasía, no fija límites y malcría hijos o nietos comodones
y exigentes.
Por eso, no es raro que ellos derrochen sin
control, arruinen una empresa y se cumpla un lúgubre refrán que dice así:
'abuelo bodeguero, hijo tabernero, nieto pordiosero'. La verdad es que un hijo sólo madura cuando
trabaja, se esfuerza y aprende a valorar todo.
La vida es una noria que destroza al que
recibe gratis y cuyos
padres le satisfacen cualquier capricho. Un daño muy común en gente rica en dinero y pobre en amor
y en fe. La vida no
es fácil y lo único que cuidas es lo que obtienes con entrega y fatiga,
no lo que cae como maná del cielo.
Un
adulto desubicado hace locuras si pretende modelar un hijo a su amaño. Sí,
aunque parezca absurdo, al famoso general americano Douglas McArthur, lo
vestían de niña cuando era pequeño. Su madre quería una
hija y, al tener un varoncito, le puso faldas hasta los ocho años. Por eso, no
fue exitoso en el amor. Es
grave ser posesivo y obcecarse en que otro viva la vida como mi ego lo exige.
Para
evitarlo, veamos algunas necesidades básicas de un hijo:
*
Armonía entre el amor y la disciplina: tan dañina es la extrema suavidad como
la extrema dureza.
* Encontrar su identidad y ser reconocido por los que lo aman: que
siga su corazón y en un grupo no sea más valorado que en casa.
* Acompañamiento paciente e inteligente: necesita sentir que lo
aman con un amor incondicional. Su rebeldía suele ser una protesta contra el
desamor que lo golpea.
* Trato justo: se siente lesionado con preferencias, imposiciones
y el irrespeto.
* Ambiente responsable y claro: igual que en el deporte sólo se
triunfa con disciplina, valores y reglas que guían.
* Espiritualidad: Tan vital y tan escasa en ambientes llenos de
poder y apariencia.
* Buen ejemplo y buenos retos: si no los halla, vaga errático,
hace saltos al vacío o queda atrapado en la 'Generación ni-ni'.
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