De
acuerdo con los resultados obtenidos en el estudio, se estima que la
mamoglobina puede llegar a ser un biomarcador ideal, fácil de detectar por
métodos no invasivos y estable frente a las diversas características asociadas
al cáncer de mama. Sin embargo, es necesario realizar más pruebas
experimentales para confirmar tal hipótesis.
El cáncer causa cerca del 13% de las muertes
que ocurren anualmente en el mundo, según la Sociedad Americana del Cáncer. Es
una de las enfermedades catalogadas como complejas, debido a que su aparición y
desarrollo dependen de múltiples factores.
El cáncer que se desarrolla en la glándula
mamaria puede extenderse a los ganglios linfáticos, inicialmente a los más
cercanos (los axilares) y, posteriormente, a otros ganglios y tejidos u órganos
como los huesos, los pulmones y el hígado.
La proteína mamoglobina estuvo presente en el
100% de las muestras de suero provenientes de las pacientes analizadas con el
anticuerpo obtenido para el estudio.
Factores
de riesgo
Hoy
en día, el cáncer de mama, como otras formas de cáncer, es considerado el
resultado de daño ocasionado al ADN. Este daño proviene de
muchos factores conocidos o hipotéticos (tales como la exposición a radiación
ionizante). Algunos factores como la exposición a estrógenos llevan a un
incrementado rango de mutación, mientras que otros factores como los oncogenes
BRCA1, BRCA2, y p53 causan reparo disminuido de células dañadas.
Los
humanos no son los únicos mamíferos capaces de desarrollar cáncer de mama. Las perras, gatas y algunos tipos de ratones, principalmente el ratón
doméstico, son susceptibles de desarrollar cáncer de mama que se sospecha es
causado por mutagénesis insercional aleatoria por el virus del cáncer de mama
en el ratón (MMTV). La sospecha de la existencia de origen viral del cáncer de
mama es controversial, y la idea no es mayormente aceptada por la falta de
evidencia definitiva o directa. Hay mucha mayor investigación en el diagnóstico
y tratamiento del cáncer que en su causa de origen.
Edad
El
riesgo de padecer cáncer de mama se incrementa con la edad, pero el cáncer de
mama tiende a ser más agresivo cuando ocurre en mujeres jóvenes. La mayoría de
los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años.
Las mujeres tienen 100 veces más probabilidades de sufrir cáncer de mama que
los hombres.
Para
una mujer que vive más allá de los 90 años la probabilidad de tener cáncer de
mama durante toda su vida es de 12,5% o 1 en 8.
Un
tipo de cáncer de mama que ocurre y es especialmente agresivo y desproporcional
en las mujeres jóvenes es el cáncer de mama inflamatorio.
Suele ser descubierto en el estadio III o estadio IV. También es característico
porque normalmente no se presenta con masa por lo tanto no es detectado con
mamografía o ecografía. Se presenta con los signos y síntomas de una mastitis.
Genes
Aproximadamente 5% de las pacientes con cáncer
de mama (representadas en color rojo) «heredan» una forma peculiar de genes que
le hacen suceptibles a la enfermedad. Aunque es más frecuente que sean factores
externos los que predisponen a una mujer al cáncer de mama, un pequeño
porcentaje conlleva una predisposición hereditaria a la enfermedad.
Dos
genes, el BRCA1 y el BRCA2, han sido relacionados con una forma familiar rara
de cáncer de mama. Las mujeres cuyas familias poseen mutaciones en estos genes
tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama. No todas las personas que
heredan mutaciones en estos genes desarrollarán cáncer de mama. Conjuntamente con la mutación del oncogén p53 característica del
síndrome de Li-Fraumeni, estas mutaciones determinarían aproximadamente el 5%
de todos los casos de cáncer de mama, sugiriendo que el resto de los casos son
esporádicos. Recientemente se ha encontrado que cuando el gen BRCA1 aparece
combinado con el gen BRCA2 en una misma persona, incrementa su riesgo de cáncer
de mama hasta en un 87%.
Otros cambios genéticos que aumentan el riesgo
del cáncer de mama incluyen mutaciones del gen PTEN (síndrome de Cowden), STK11
(síndrome de Peutz-Jeghers) y CDH1 (Cadherina-E); su frecuencia y aumento del
riesgo para el cáncer de mama aún no se conoce con exactitud. En más del 50% de los casos se
desconoce el gen asociado al cáncer de mama heredado. En comparación con
países con población totalmente caucásica, la prevalencia de estas mutaciones
en la población de América Latina es posiblemente menor.
Un
paciente tiene un riesgo más alto de padecer cáncer de mama si tiene un
familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer, al igual que cáncer
uterino, cáncer de ovario o cáncer de colon. Alrededor del 20 al 30% de las
mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Hormonas
Los estrógenos exógenos, en especial los
utilizados en la terapia de sustitución hormonal junto a la predisposición
genética, constituyen los elementos de mayor peso en la aparición del cáncer de
mama. Muchas mujeres toman este tipo de terapia para reducir los síntomas de la
menopausia. También se ha
descrito un ligero aumento del riesgo de cáncer de mama en las mujeres que
toman anticonceptivos orales.
Entre los factores asociados a hormonas
femeninas y una mayor frecuencia de cáncer de mama se incluyen la precocidad en
la madurez sexual (antes de los 12 años), la menopausia después de los 50 años,
la nuliparidad y el primer embarazo a término logra do después de los 30 o 35
años. Por otro lado, si la primera menstruación ocurre después de los 12 años,
la menopausia es antes de los 50 años, o el primer embarazo ocurre antes de los
10-20 años que sigue a la primera menstruación, el riesgo de cáncer de mama es
menor.
No hay conclusiones definitivas sobre una
asociación entre el aborto practicado en el primer trimestre de la gestación y
el riesgo posterior de cáncer de mama.
Estudios epidemiológicos han sugerido que una
dieta con alto contenido de fitoestrógenos, que son compuestos polifenólicos
similares al estradiol y presentes en plantas tales como soya, cereales y otros
300 vegetales y legumbres, puede estar asociada con baja incidencia de cáncer
de mama, sin embargo los estudios científicos siguen arrojando conclusiones
contradictoras.
Otros
Sin
embargo, aunque existe el riesgo de perder la capacidad de tener hijos (debido
fundamentalmente a que la quimio y radioterapia pueden destruir los tejidos
reproductores), existen en la actualidad diferentes medios de preservación de
fertilidad, que están disponibles en los centros sanitarios para prevenir este
problema.
Se ha sugerido que la polución ambiental, los
productos químicos de los desodorantes, los sostenes tipo aro con varillas y
los implantes de mama aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, sin embargo,
no existe aún base científica para confirmar que estos factores aumenten el
riesgo.
Las mujeres que tomaron dietilestilbestrol
(DES) para evitar abortos pueden tener un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama
después de los 40 años. Esta droga se le suministraba a las mujeres entre los
años 1940 y 1960.
La
obesidad ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo es
controvertido. La teoría es que las mujeres obesas
producen más estrógeno, el cual puede estimular el desarrollo de este cáncer.
Si
un paciente recibió radioterapia cuando era niño o adulto joven para tratar un
cáncer del área del tórax, existe un mayor riesgo mayor de padecer cáncer de
mama. Cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación,
mayor será el riesgo, especialmente si la radioterapia se administró cuando a
la mujer se le estaban desarrollando las mamas.
Se
discute la influencia del licor sobre el riesgo de cáncer de mama. Debe sin embargo hacerse énfasis que mujeres que no tienen ningún
factor de riesgo conocido pueden desarrollar cáncer de mama, por lo que la
ausencia de factores de riesgo no debe causar una falsa sensación de seguridad.
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