Una mujer de incalculables virtudes emprende hoy el camino
sin retorno, con la serena paz y tranquilidad que solía irradiar con su mirada,
con la callada sencillez y la prudencia de selectos espíritus, de aquellas
almas puestas en el mundo para profundizar las pequeñas cosas y hacerlas
grandes en significación de bondad y de nobleza.
Venimos hoy a despedirte, y agradecerte por la humildad y
sencillez de tu alma. Un espíritu siempre alegre, irradiando amor y alegría
hasta en los momentos más difíciles y señalando las bondades que cada
circunstancia trae consigo. Quisiste, y supiste impregnar en ésta, tu familia,
valores y enseñanzas que trascenderán generaciones y que seguro servirán para
que el amor y la unión que engendraste en tu familia nos mantenga como siempre
nos tuviste: unidos.
Deseamos pues rendir el homenaje más profundo a tu memoria y
agradecerte por habernos inculcado enseñanzas de sabiduría, de humildad y de
respeto, rogando al Todo Poderoso para que te tenga en su gloria.
Jose Pablo Moreno
Lopez
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