Tienes poder para vencer a
tres enemigos de tu avance espiritual: Miedos, dudas y preocupaciones.
Todos se esfuman con una fe fuerte en ti, en Dios que te ama y en
los demás seres humanos.
Una fe firme es el antídoto
contra las plagas que te roban la calma y te sumergen en un mar oscuro.
Por eso necesitas alimentar tu fe cada día con todo lo que te ayude a sentirte seguro y
calmado.
Fe es la confianza que
tienes en que, pase lo que pase, tú puedes manejarlo en sintonía con Dios.
Pero no pienses en un Dios externo sino en la Divinidad que mora
en ti. Siente que eres parte de Dios.
Si de verdad lo crees no tienes nada que temer y estarás en paz
aunque tiemblen los montes.
Ora, medita, relájate, haz
rituales de fe y únete a los que creen. Así vencerás el miedo, las dudas y las
preocupaciones. ¡Tú puedes!
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