La mejor conjetura astronómica es
que todos se mueven en el mismo plano orbital porque nacieron de un mismo y
único disco plano de materia.
Las teorías en uso sugieren que el sistema solar fue en origen, una
enorme masa de gas y polvo en rotación, que acaso fuese esférica en un
principio.
Bajo la influencia de su propia
atracción gravitatoria fue condensándose, con lo cual tuvo que empezar a girar
cada vez más deprisa para conservar el momento angular.
En un cierto momento de este proceso de condensación y rotación cada vez
más acentuadas, el efecto centrífugo acabó por desgajar una porción de materia
del plano ecuatorial. Esta
porción de materia desgajada, que representaba un porcentaje pequeño del total,
formó un gran disco plano alrededor de la porción central principal de la nube.
De un modo u otro (pues sobre los detalles no hay ni mucho menos un
consenso general) se condensaron una serie de planetas a partir de ese disco,
mientras que el grueso de la nube se convirtió en el Sol. Los planetas
siguieron girando en la región antes ocupada por el disco, y por esa razón
giran todos ellos más o menos en el mismo plano del ecuador solar.
Por razones parecidas, los
planetas, a medida que se fueron condensando, fueron formando satélites que
giran, por lo general, en un único plano, que coincide con el del ecuador del
planeta.
Según se cree, las excepciones a esta regla son debidas a sucesos
violentos ocurridos mucho después de la formación general del sistema solar. El
planeta
Plutón gira en un plano que forma un ángulo de 17 grados con el plano de
revolución de la Tierra. (Ningún otro planeta tiene una órbita tan inclinada.)
Algunos astrónomos han conjeturado que Plutón quizá fuese en otro tiempo
un satélite de Neptuno y que logró liberarse gracias a algún cataclismo no
determinado. De los
satélites actuales de Neptuno, el principal, que es Tritón, no gira en el plano
ecuatorial de Neptuno, lo cual constituye otro indicio de algún cataclismo que
afectó a ese planeta.
Júpiter posee siete satélites pequeños y distantes que no giran en el
plano de su ecuador. El satélite más exterior de Saturno se halla en el mismo
caso. Es probable que estos satélites no se formaran en su presente posición,
en el momento de nacer el sistema solar, sino que sean asteroides capturados
mucho después por esos planetas gigantes.
Muchos de los asteroides que
giran entre las órbitas de Marte y Júpiter tienen planos orbitales muy
inclinados. Una vez más, todo parece indicar una catástrofe.
Es muy posible que en origen los asteroides fuesen un solo planeta
pequeño que giraba en el plano general. Mucho después de la formación del sistema solar, una
explosión o serie de explosiones puede que fragmentara ese malhadado mundo,
colocando los fragmentos en órbitas que, en muchos casos diferían grandemente
del plano orbital general.
Los cometas giran en todos los
planos posibles. Ahora bien, hay astrónomos que creen que muy en las afueras del
sistema solar, como a un año-luz del Sol, existe una nube dispersa de cometas.
Estos cometas puede que se hayan condensado a partir de las porciones más
exteriores de la nube esférica original, antes de comenzar la contracción general
y antes de formarse el disco ecuatorial.
En tales circunstancias, cuando
de vez en cuando un cometa abandona esa capa esférica y se precipita en las
regiones interiores del sistema solar (quizá como resultado de la influencia
gravitatoria de estrellas lejanas), su plano de rotación alrededor del Sol
puede ser cualquiera.
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