Las cosas fáciles las
hace cualquiera, las difíciles las hacen los esforzados y las imposibles las
logran los seres excelentes.
Lo fácil te atrae, pero
casi nunca te lleva a crecer, antes bien, actúa como un narcótico espiritual.
Lo difícil tratas de
evitarlo sin percibir que te pule y saca lo mejor de ti si lo asumes con entusiasmo.
Lo imposible te reta y lo
haces posible con una fe intensa, un amor real y una constancia indeclinable.
Vives rodeado de logros que un día fueron imposibles para todos menos para los
soñadores y los visionarios.
Por eso cuando
tu aliento desfallece cálmate, llénate de ánimo y verás muchos milagros.
La confianza hace
maravillas y la vida te reserva gratas sorpresas cuando eliges creer y
perseverar.
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