En Europa, ser corto de vista empieza a ser la norma, no
la excepción, según se desprende de un estudio realizado por el King’s College
London. El informe es en realidad un metaanálisis de quince trabajos realizados
por el Consorcio Europeo de Epidemiología Ocular, que cubrieron la prevalencia
de este trastorno de visión en unas 60.000 personas, y concluye que una cuarta parte de la población
europea tiene miopía. Pero más sorprendente aún es que afecta al 47% (casi la
mitad) de los jóvenes de entre 25 y 29 años.
Publicado por la revista Ophthalmology, el estudio también pone de
relieve que el número de personas miopes con estudios superiores dobla a los
que solo han cursado primaria. Los expertos creen que factores como el
hecho de estar muchas
horas frente al ordenador o salir poco al exterior contribuyen a aumentar la alta
prevalencia del trastorno entre los estudiantes.
De todos modos, seguramente hay otros factores que
explican la creciente presencia de la miopía en la sociedad moderna. Katie
Williams, del King’s College London, señala: “Es muy común en ciertas partes del mundo: afecta a 8 de
cada 10 jóvenes en las zonas urbanas del este de Asia.
Ahora
sabemos que el mismo patrón se está repitiendo en Europa”. Quizá haya
que replantearse, afirman los oftalmólogos, los hábitos de lectura, el tiempo que pasan los niños al
aire libre y ciertas prácticas educativas para frenar esta auténtica epidemia.
Además, todavía es pronto para saber cómo afectará el uso prolongado de
tabletas, móviles y ordenadores en las nuevas generaciones.
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