Ese profundo pensador que fue Krishnamurti
decía que no pueden existir la libertad sin el amor ni el amor sin la libertad:
"Libertad
implica amor; no significa la irresponsabilidad de hacer lo que se nos antoja,
lo que nos plazca".
Por una ironía de la vida, quien confunde la libertad con
hacer lo que quiere, muchas veces termina siendo un esclavo.
Un pobre prisionero de sus apetencias, un
adicto o un ser manejado
por sus instintos.
El amor le da alas a la libertad, pero también
le fija confines; la
alinea con la libertad de los demás.
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