Las
personas que consumen frutos secos de cáscara dura, como nueces, castañas y
almendras, muestran menos prevalencia de factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares, como diabetes tipo dos, niveles altos de colesterol y
obesidad. También tienen niveles menores de los compuestos dañinos que se sabe
conducen a trastornos del corazón, revela un estudio
llevado a cabo en Estados Unidos.
Los investigadores analizaron las mediciones
de los factores de riesgo conocidos de enfermedad cardiovascular. Y compararon esos datos con la cantidad de
frutos secos de cáscara dura que consumían los participantes durante un período
de 24 horas.
En
particular se midió el consumo de almendras, nuez de Brasil, macadamias,
castañas, avellanas, pacanas, piñones, pistachos y nuez.
Los resultados mostraron que los individuos que consumían 7 gramos o más
de estos alimentos durante un período de 24 horas mostraron niveles más altos
de lipoproteína de alta densidad (el llamado colesterol bueno) y niveles
menores de la llamada proteína C reactiva. Este compuesto es una
sustancia indicadora de inflamación que se sabe puede conducir a una variedad
de enfermedades crónicas, incluida enfermedad del corazón.
Según los investigadores, el consumo de estos
frutos secos está asociado a 5% menos prevalencia de síndrome metabólico, un
nombre para un grupo de factores de riesgo que ocurren juntos e incrementan el
riesgo de obstrucción de las arterias coronarias, enfermedad cerebrovascular y
diabetes tipo 2". Las personas que consumen frutos secos muestran también
una menor prevalencia de cuatro factores de riesgo de síndrome metabólico:
obesidad abdominal, hipertensión, altos niveles de glucosa en ayunas y bajos
niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad (colesterol bueno).
Los frutos secos, en particular los de cáscara
dura, son alimentos muy nutritivos y buenos para la salud, en particular para
el bienestar del corazón. Se ha demostrado que algunos frutos de cáscara dura,
la nuez en particular, son un producto natural "casi perfecto" por su
alto nivel de antioxidantes y proteínas.
Estos productos contienen altos niveles de
polifenoles, compuestos químicos antioxidantes que ayudan al organismo a
contrarrestar los efectos de las moléculas que causan oxidación y dañan a las
células. Por eso los expertos subrayan desde hace tiempo que el consumo regular
de frutos secos puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
determinados tipos de cáncer y diabetes tipo 2.
Pero tal como señalan los científicos de
Louisiana, otros estudios nutricionales han mostrado que el consumo de frutos
secos entre la población de Estados Unidos -y del resto del mundo- es
relativamente baja. Y como las enfermedades cardiovasculares se han convertido
ya en la principal causa de muerte en muchos países del mundo, estos alimentos
podrían ser una herramienta muy valiosa para combatir tanto esta epidemia como
la de obesidad.
Uno
de los hallazgos más interesantes fue el hecho de que los consumidores de
frutos secos tenían un menor peso corporal, un menor índice de masa corporal y
una circunferencia de cintura más pequeña que los no consumidores.Los frutos
secos deben ser parte integral de una dieta sana y su consumo debe ser alentado
por los profesionales de la salud.
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