Mantente
firme cuando las dudas te sofocan y los temores ejercen su dominio implacable.
Sabes que todo es pasajero y que una fe viva y un amor
auténtico te dan paz y fuerza interior.
No
siempre hay soluciones inmediatas, pero la paciencia
siempre llena tu vida de buenos frutos.
Aquel
que cree y persevera halla salidas imprevistas y jamás se
abandona a la desesperanza.
Si actúas con sabiduría aprovechas las crisis para tomar consciencia,
meditar y corregir errores.
Es bueno detenerse, cuestionarse y practicar "las tres
erres": reconocerse, revisar y renovarse.
Las espinas externas son solo el reflejo de
vacíos interiores que piden un nuevo estilo de vida.
Con
un juicio sereno y un corazón tranquilo la noche cede el espacio a un claro
amanecer.
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