Todos
los bienes nacen de una conciencia despierta y todos los males de la ignorancia
y la miopía espiritual.
Cuando Jesús curaba a un ciego o un sordo
hacía referencia a otros tipos de ceguera y sordera.
Tú
mismo sabes que fluyes sereno cuando escuchas una voz interna que te impulsa a
todo lo bueno.
Entonces no eres ciego ni sordo y tu
corazón palpita con una fuerza especial.
Es
la energía misteriosa del amor y entiendes que nada ni nadie puede perturbarte.
Ves claro que la felicidad está en tu
interior y depende de amarte y amar en el ahora.
Cuando lo captas y lo vives se rompe el
hechizo del que hablan los cuentos y los mitos:
El
sapo se convierte en príncipe, el niño domina al ogro o la princesa sale de su
encantamiento; renaces.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios