Mandela
siempre será un ejemplo de perdón generoso, de una fe firme y de una gran
sensibilidad. Así pensaba:
Cuan
poderosa es la fuerza de la fe: nos da coraje para superar los tiempos oscuros
y las crisis.
Los principios y los valores nunca se negocian.
Nada valioso se logra en solitario, solo en
equipo.
Mi ideal más querido es el de una sociedad libre en la
que todos podamos vivir en paz y armonía y con iguales posibilidades.
La acción de las masas tiene la capacidad de
derrocar gobiernos.
Valiente
no es aquel que no tiene miedo, es el que sabe conquistarlo.
La mayor gloria no consiste en nunca caer,
sino levantarse siempre.
Hay
que evitar la intolerancia, la indiferencia y la inconsciencia, enemigos espirituales
que impiden progresar y convivir en paz y armonia.
Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con él hasta
que se convierta en tu compañero.
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