“Cuando
alguien compra algo a plazos con una tarjeta de crédito, cada cierto tiempo
debe pagar al banco una suma de dinero.
En caso de que cumpla puntualmente con todos sus pagos,
se ganará la confianza del banco, y puede que hasta le den más crédito en el
futuro.
Pues bien, tú también tienes una deuda que pagar a tus
padres: les debes obediencia. Si ven que siempre les haces caso —incluso en cosas pequeñas—, te
tendrán más confianza. Pero si les fallas una y otra vez, no te sorprendas
si
te reducen el ‘crédito’ o, peor todavía, si te lo cancelan.”
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