Tu
debes ser capaz de construir en todo momento una imagen mental, única y útil de
tu vida. Cuando medites sobre ello, te sorprenderás.
Estés donde estés, hagas lo que hagas, siempre tienes una historia que
contar de una manera única que nunca ha dicho antes. Reflexiona al
respecto.
Tu estás pensando todo el tiempo, y en cada pensamiento debes hacer
el proposito de
comprender las cosas con mayor claridad. Esto te peritira expresarte a
tu manera, pero no te alejes de Dios.
Incluso con los pensamientos más obvios y triviales, tu tienes la oportunidad de
conocerte mejor.
Tu no tienes que exigir que los demás siempre te
comprendan. Tómate tu
tiempo para enriquecer tus propios pensamientos acerca de tu vida y de tu mundo.
Permite
que tus pensamientos fluyan y toma nota de lo que encuentres interesante,
apasionante, y correcto. Tu historia está siempre cambiando, adaptándose
y evolucionando, y siempre puedes aprender de ella.
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