Tu
no eres lo que otros dicen que eres, ni lo que otros piensan que eres. Tu eres
quien decides ser.
Tu
decides la forma de vivir, de hablar, de preguntarte, de amar y de pensar. Eres
lo que tu quieres ser y lo que Dios quiere que seas, y por esto debes estar
profundamente agradecido.
Tu
no tienes ninguna obligación de cumplir con las expectativas de nadie.
Sin embargo, tu si tienes la obligación con Dios y con tu vida, de cumplir con
tu proyecto de vida, tus planes, tus sueños
y con tus propias expectativas.
No hay razón para dejarse intimidar. Vive tu vida sin temor, sin
culpa, sin condicionamientos. Se tu mismo. Elige ser cada día mejor y
servir a quienes te rodean.
Esta vida que tenemos es un milagro de Dios. Lo que hacemos con ella hoy,
mañana y en cada pequeño momento, depende de ti.
Así
que elige sabiamente, y recuerda que en todas las cosas que haces,
siempre tienes más de una opción. Elije como si tu vida dependiera de ello.
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