Si
acaso mi amigo tu salud flaquea,
háblale
a tus células con honda emoción,
pídeles
que cumplan bien con su tarea,
y
que restablezcan su óptima función.
Dirígete a ellas de forma serena,
y con la inflexión que mejor te cuadre,
con el tono dulce de una madre buena,
o con la firmeza con la que habla un padre.
Pero
siempre hazlo de manera suave,
como
si le hablaras al ser mas querido.
Porque en el amor reside la clave,
para que el mensaje sea correspondido,
y diles las frases que surjan de adentro,
las que mas te nazcan desde el corazón.
Vuelvan
mis amadas a su justo centro,
recobren
ya mismo su alta perfección,
restauren
ahora la exacta plantilla,
de
nuestro perfecto diseño inicial.
Recuperen niñas la luz que mas brilla,
la de vuestra impronta completa y cabal.
Las amo pequeñas y les agradezco,
que aquí en este instante reciban mi amor,
y que restablezcan lo que me merezco,
que mi ser recobre todo su esplendor.
Cuando
tú sostienes con suave insistencia,
ese sentimiento
de alta apreciación,
creas
un efecto llamado coherencia,
en
el magnetismo de tu corazón,
y
como ese campo se halla conectado,
con
el vibratorio campo universal,
nos
responde siempre si le hemos hablado,
con
su propio idioma el “emocional”.
Ellas de ese modo captan tu mensaje,
perciben la carga que lleva tu acento,
y vibran felices al darle hospedaje,
al amor que envías con tu pensamiento,
y así agradecidas de que al fin les hables,
con tanta ternura,con tanta atención,
responden veloces a tu trato amable,
apurando el curso de tu curación.
Háblales amigo con genuino afecto,
y mientras les hablas siéntete sanado,
saludable,fuerte,vital y perfecto,
con tu cuerpo entero todo iluminado.
Haz
que ese cariño se torne ostensible,
haz
que lo transmita tu tono de voz,
y te
darás cuenta que no hay imposibles,
para
aquel que asume que es parte de Dios.
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