La
debilidad no es algo para avergonzarse. Es simplemente algo que hay que
trabajar.
La debilidad es buena para mejorar aún más en los puntos fuertes, y aún
mejor, para corregir tus
debilidades.
Cuando tu mejoras en tus puntos fuertes, obtienes
ganancias incrementales. Sin
embargo, cuando transformas una debilidad en una fortaleza, obtienes grandes
ganancias que cambian tu vida.
Debes
estar dispuesto a admitir lo que no sabes, a reconocer en que aspectos no
tienes experiencia, y en contar lo que no entiendes. Luego, ocúpate
aprendiendo, desarrollando tus habilidades y mejorando tu comprensión de las
cosas.
En lugar de utilizar tus debilidades como excusas, utilízalas como mecanismos de
mejora. En lugar de resignarte al fracaso, acepta el reto de superarte.
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