Estos
son algunos consejos prácticos que puede tener en cuenta a la hora de evitar
que su hijo se convierta en un niño problema:
Los padres deben ejercer disciplina y control sobre sus
hijos. Ser padre significa precisamente eso: ayudar a sus hijos a hacerse cargo
paulatinamente de su vida.
No
pierda la calma: ante un episodio de desobediencia hay que enfrentar con
firmeza la situación y dejarle muy claro al niño lo que quiere que él haga.
Cuando
fije normas, recuerde que deben ser razonables. Verifique que el niño las
entienda antes de ponerlas en práctica. Defina claramente las conductas
permitidas y aquellas que no se pueden tolerar. Comuníqueselas de manera
sencilla y comprensible para la edad de sus hijos.
Hágalo
cumplir horarios. Una de las primeras cosas que se deben hacer con un
niño problemático, es ponerle metas o rutinas para que logre crear un grado de
responsabilidad y disciplina. Despertarse, comer o estudiar a una hora específica
ayudará a cumplir este punto.
Explíquele
que las actitudes negativas tienen consecuencias. Si fue grosero o si
realizó una actividad de forma inadecuada, es importante que lo reconozca.
Además, los niños deben saber manejar el sufrimiento y la frustración. Para la
psicóloga Claudia Botero es importante que los padres muestren sus emociones
frente a los menores y que les enseñen a manejarlas y a entender que hacen
parte de la vida.
Sea
claro y directo a la hora de poner normas. Los límites en los niños son
de total relevancia para evitar que este se salga de control. Incluso, los
padres pueden crear contratos con ellos para que entiendan de manera clara
hasta qué punto llegan sus libertades: un ejemplo de ello son las normas a la
hora de entregarles un celular: que entiendan lo que pueden y lo que no pueden
hacer los ayudará a obedecer las órdenes.
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