Esto se
debe por las enfermedades que ocasiona el cigarrillo, entre ellas está el
cáncer.
Se
calcula que cuando llegue el año 2030 más de 175 millones de personas habrán
muerto en el mundo, en lo corrido hasta ese entonces del siglo XXI, por
enfermedades que produce el cigarrillo, cifra preocupante si se tiene en cuenta
que en todo el siglo XX fueron 100 millones las que murieron por estas causas.
Cada
año se diagnostican 190.000 casos de cáncer, de los cuales el 75 por ciento no
tienen opción de cirugía. De ahí que para que la sobrevida sea más alta, la
enfermedad se debe encontrar en estadios tempranos, lo que puede hacer que
entre el 35 y 70 por ciento puedan ser curables.
"El
tabaco contribuye a la aparición del cáncer, siendo el más frecuente el
de pulmón, en cerca del 60 por ciento de los casos, mientras que el otro 40 por
ciento se debe a otros factores como los hereditarios, ambientales y
profesionales; es decir que por ciertas ocupaciones las personas están expuestas
a sustancias carcinógenas", explica Javier Godoy, médico especialista en
oncología clínica, del Hospital Militar y de la Clínica de Marly; y profesor
asociado de oncología clínica de la Universidad Militar Nueva Granada.
Por su parte, Alfredo Saavedra Rodríguez, neumólogo del
Instituto Nacional de Cancerología (INC) y profesor de neumología en la
Universidad Nacional, explica que "cada vez que la persona inhala el cigarrillo ingresan a
su organismo entre 3.500 y 4.000 sustancias, entre ellas solventes, benceno y
radicales libres que producen efectos por donde pasan, es decir, boca,
garganta, laringe y afectan la respiración. Además, esto se da a 3.500
grados de temperatura".
Agrega que como reacción a esos componentes, el organismo se
defiende, como lo hace ante todo que lo afecte, y se produce una inflamación,
no solo en los pulmones sino en todo el cuerpo. "Por eso, si un paciente
fuma se le recomienda que lo suspenda cuanto antes y si no ha fumado, que ojalá
no lo haga nunca", comenta el médico del INC. (Siga este enlace para leer:
Aprenda a manejar el estrés).
Uno de
los componentes del cigarrillo es la nicotina, un estimulante del sistema
nervioso central que produce efectos placenteros en la persona, además de
mantenerla en estado de alerta, más despierta. Y, agrega el doctor
Godoy, "es importante entender que el cigarrillo expone el cuerpo a cerca
de 350 sustancias carcinógenas y 70 sustancias que generan adicción, no es solo
la nicotina".
Cómo prevenir
"Y
una vez se tiene adicción, vencerla toma bastante tiempo. De ahí que las
tabacaleras buscan crearla en los jóvenes, entre los 14 y 16 años, que no
tienen muy claro qué es bueno y qué es malo; y la persona no va a luchar para
vencerla antes de los 35 años. Si se logra que lleguen a los 18 o 20 años sin
fumar, lo más probable es que no adquieran el hábito y si lo hacen este no es
tan fuerte", enfatiza.
Pero, ¿cómo decirle a alguien que deje de fumar, si lo ha
hecho por mucho tiempo?
"La
enfermedad relacionada con el consumo de cigarrillo, usualmente, no comienza
antes de los 35 o 40 años, pero desafortunadamente es progresiva y no
reversible. Cuando los pacientes llegan a la consulta, se les hace una
consejería, sin ser inquisidores, para decirles cuáles son sus efectos. Que
afectará su salud, su sexualidad, que se van a infartar más, tendrán mala
circulación en miembros inferiores, problemas de raciocinio, úlcera gástrica o
duodenal, enfermedades inflamatorias intestinales como la de Crohn; además de
afectar el pulmón, donde la enfermedad más frecuente es la Epoc (Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica), entre otras.
"Y
a las mujeres, que corren el riesgo de infertilidad y que sus hijos tengan bajo
peso al nacer, con el agravante que ellos nunca se recuperarán. Por último, se les habla de los
riesgos de cáncer de boca, garganta, laringe, bronquios y, en sitios donde
nadie cree: vejiga, vesícula biliar, esófago, páncreas, estómago y obviamente,
de pulmón", dice Saavedra Rodríguez. (Lea también: Si tiene
hipertensión, el secreto está en un tratamiento adecuado).
Precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice
que el consumo de tabaco es el principal factor de riesgo de padecer cáncer y
el causante del 22 por ciento de las muertes por este mal, en todo el mundo,
así como del 71 por ciento de las que ocurren por cáncer de pulmón, bronquios y
tráquea.
Al respecto el doctor Godoy hace énfasis en que "la
aparición de cáncer está relacionada con la cantidad de cigarrillos y el tiempo
de esa exposición. Es decir, entre más cigarrillos se fuma al día y entre más
años dure fumando es mayor el riesgo".
De ahí que el experto del INC cuenta que cuando los
pacientes consultan, se les dice las alternativas para dejar de fumar y
"se les explica cómo se afectan las demás personas, porque el humo que
inhala el fumador es de primera mano, pero tiene una ventaja: tiene filtro. El
humo de segunda mano, no tiene filtro y es el que llega a otros. Y cuándo la
persona dice que definitivamente no lo van a dejar de hacer, se les pregunta
¿qué haría si su hijo de 12 años le dice que quiere fumar? Muchos empiezan a
considerarlo", destaca el doctor Saavedra.
¿Y qué
se está haciendo en Colombia?
Nuestro país empieza a mostrar una disminución del consumo
de cigarrillo. De hecho, es uno de los cinco países con una de las leyes más
avanzadas a nivel mundial, después de Australia, Canadá, Reino Unido y Uruguay.
Y aunque las cifras no son tan significativas, las estrategias que se han
puesto en marcha empiezan a mostrar resultados.
Por ejemplo, los mensajes que advierten sobre los riesgos de fumar que aparecen
impresos en las cajetillas de cigarrillos están teniendo impacto en esta
población. Así lo afirma Diana Rivera, coordinadora del Grupo Políticas
y Movilización Social del Instituto Nacional de Cancerología (INC), cuando dice
que "teniendo en cuenta la evaluación del año pasado de esta medida,
vigente desde el 2010, ahora las personas son más conscientes de los riesgos
del cigarrillo". Esta es una de las disposiciones que se han dado en
Colombia para buscar disminuir el consumo de cigarrillo, una labor en la que
está comprometido, desde el 2008, cuando entró a formar parte del Convenio
Marco para el Control del Tabaco, suscrito por los países miembros de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2003.
Cuando llega la fatiga
"En
la medida que se empieza a fumar más temprano, se afecta la maduración de los
pulmones. La función pulmonar crece lentamente y su punto máximo se alcanza a
los 25 años. ¿Qué pasa en los fumadores? Que esa función no llega a los
volúmenes ideales y se presenta una pérdida acelerada de la función, es decir
de la capacidad de intercambio de oxígeno y dióxido de carbono", dice
Alfredo Saavedra, neumólogo del Instituto Nacional de Cancerología. El experto agrega que aunque ya
existen clínicas de cesación de tabaco, todas se basan en disminuir la
abstinencia con reemplazo de nicotina y medicamentos, pero que el sistema de
salud no los incluye.
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