El estudioso Howard Gardner nos hizo descubrir
muchos tipos de inteligencia y tu reto es cultivar las que te ayuden a estar en
paz y a mejorar en todo.
Se puede
asignar una ley espiritual a las inteligencias más destacadas con una frase que
sintetiza todo.
Mental: eres lo que piensas. Tu mente es muy poderosa y tu reto es enfocarla
siempre en lo positivo.
Moral: cosechas lo que siembras. Todo regresa a ti como un búmeran para
tu gozo o desdicha.
Emocional: lo que se resiste, persiste. Sufres por batallar con la realidad, por
tanto, crece en aceptación serena.
Verbal: lo que se decreta, se concreta. Ten mucho cuidado con el tremendo poder
de las palabras.
Espiritual: cuando crees en Dios, creas con Él. Eres una chispa divina, eres parte de
Dios. Cuida tu alma.
Social: el otro es un espejo en el que admiras o
juzgas lo que tú mismo tienes. Sé consciente de eso y ama de verdad.
Para aprovechar todas tus inteligencias no
necesitas un mago a tu lado, necesitas hacer magia tú mismo.
La figura del
gran mago Merlín se remonta al siglo VI en Gales y está ligada a la leyenda del
rey Arturo.
Merlín tenía toda clase de dones y poderes, entre
ellos controlar los elementos y volverse invisible. Los magos sí existen y son los que han aprendido
a manejar el gran poder de la mente y de la energía. No engañan con trucos de
un show mediático. No, hacen maravilla con sus talentos y su control de los
elementos. Así lo que
parecía imposible lo hacen real, como el faquir que está impávido mientras una
aguja atraviesa sus piel.
¿Sabes? Tú
también haces magia y de la mejor cuando amas, perdonas, compartes, respetas,
sirves y ejerces un buen liderazgo.
¿Sabes algo más?
Dios es un millón de veces más poderoso que Merlín, ámalo de verdad, siéntelo,
vive en su presencia y con su ayuda aprovecha el poder superlativo de todas las
inteligencias. El escritor Tolkien nos puso a pensar en otro mago.
En la
imaginativa literatura del escritor británico Tolkien (1892-1973), Gandalf el
Gris es un mago enviado a la Tierra para ayudar a los humanos. Es como un ángel
guardián y los guía, los orienta y apoya en su lucha contra Saurón, el ser
oscuro. Con su sapiencia anima y da valor en esa constante batalla entre la luz
y la oscuridad, entre el bien y el mal. Aparece con su larga barba y su capa
gris, un gran sombrero y un cayado, y es una figura atrayente y protectora.
Según algunos, el escritor inglés lo pone en El
señor de los anillos como una especie de nuevo mago Merlín. ¿Quién a veces no desea que sus males se
esfumen con la ayuda de un mago como Merlín o un Mesías? La verdad es que ni
los ángeles pueden hacer por ti lo que tú mismo debes hacer, porque es tu
tarea.
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