Una vez detectado estos síntomas, es
indispensable presentarse con un médico oncólogo que ofrezca alternativas que
alivien los síntomas y curen el cáncer.
El melanoma, o cáncer de piel, es uno
de los más peligrosos que una persona puede sufrir. Las causas pueden
variar, desde padecer quemaduras por el sol, tener una piel, cabello u ojos
claros sensibles a la luz solar, contar con un familiar con cáncer e inclusive
ser mayor de 50 años de edad.
Por ello es importante estar atentos a
cualquier cambio en la piel; en especial si se tratan de lunares amorfos,
anormales, que sangran o causan comezón. Para realizar el autoexamen y deliberar un
diagnóstico casero (que no sustituye al médico oficial), te compartimos estos
consejos del ABCDE:
A de asimetría. La mitad del lunar no
corresponde con la otra mitad.
B de bordes irregulares, desiguales, dentados
o poco definidos.
C de color uniforme, que pueden incluir
sombras oscuras o marrones, rosadas, rojas, azules o blancas.
D de diámetros de hasta seis milímetros
de ancho
(o inclusive más pequeños).
E de evolución en cuestión de tamaño,
forma o color.
Es
importante tomar en cuenta que no todos los melanomas cuentan con estas
características, así que toma en consideración que algunos otros síntomas son: la ausencia de cicatrización, la
propagación del pigmento de la mancha, enrojecimiento o inflamación alrededor
del lunar; dolor, sensibilidad, comezón en esa área en específico, cambio en la
superficie de un lunar como descamación, exudación, sangrado, con apariencia de
una protuberancia o nódulo.
Una
vez detectado estos síntomas, es indispensable presentarse con un médico
oncólogo que ofrezca alternativas que alivien los síntomas y curen el cáncer. No olvides que la conciencia
corporal y emocional es la llave para un bienestar integral.
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