La mayoría de nosotros tenemos
pequeños problemas de salud de los que no nos preocupamos, pero encargarnos de
ellos ahora podría prevenir un problema médico más adelante, e incluso quizá salvarnos
la vida.
1.
Cambio en el estado de ánimo
¿Por qué preocuparte? “Una de las características más
frecuente para diagnosticar el hipotiroidismo son los cambios en el ánimo”,
explica el doctor Saúl Salinas, endocrinólogo del hospital de Cardiología del
Centro Médico Nacional Siglo XXI de México. Son varios los síntomas que se
presentan en esta enfermedad pero que a veces se pueden confundir con otros
problemas, como la depresión o problemas de deterioro intelectual. “Y no hay
eso, sencillamente es un hipotiroidismo”, explica. Esta enfermedad significa
que la glándula tiroides es menos activa, lo que provoca que el metabolismo en
general del cuerpo se vuelva más lento y por ello podemos tener problemas de
atención, cardiacos, de memoria, de lenguaje y de peso, entre otros.
¿Qué hacer? El especialista recomienda que las personas
de más de 40 años se hagan
una prueba sanguínea de la hormona estimulante de tiroides (TSH), que en
caso de salir elevada sugiere un hipotiroidismo, así que deberás tomar medicación
prescrita por tu médico de por vida.
2.
Estómago inflamado
¿Por qué preocuparte? El cáncer de ovarios tiene vagos
síntomas que tanto los médicos como las mujeres pueden pasar por alto
fácilmente. Pero según el doctor Félix Quijano, jefe del servicio de
ginecología oncológica del Centro Médico Nacional Siglo XXI “en la enfermedad
avanzada aumenta el perímetro abdominal, porque la característica del cáncer de
ovarios es que crece en la superficie del ovario, descama células cancerosas
hacia el abdomen y éstas tapizan la superficie del diafragma del lado derecho,
éste se tapa y entonces la mujer acumula líquido”.
Otros síntomas son náuseas, sensación de plenitud y los
que comúnmente se confunden con colitis y gastritis. El índice de supervivencia
a cinco años es del 70 al 90 por ciento si se detecta en una fase temprana (1 y
2), pero sólo del 30 o 40 por ciento en etapas posteriores.
A Juana Uranga, mexicana, le diagnosticaron cáncer de
ovarios a los 45 años. Uno de los síntomas que tuvo fue sentir el estómago muy
inflamado cada vez que bebía agua. “Yo pensé que era por mi sobrepeso y estuve
así un año”. Cuando por fin acudió al médico fue porque sangraba. Le hicieron
una histerectomía, le quitaron las dos trompas, el útero y los dos ovarios. Sin
embargo, el cáncer de ovarios se había extendido al cerebro, por lo que después
de recibir 20 sesiones de radioterapia la operaron y posteriormente le dieron
seis ciclos de quimioterapia para el cáncer de ovarios.
Juana tiene 46 años y es consiente de que debe cuidarse.
“Tengo que echarle muchas ganas y no deprimirme, las secuelas que me quedaron
es que ya no puedo hablar bien. Yo recomiendo que uno vaya de inmediato al
médico cuando se sienta mal, porque yo esperé mucho tiempo y me dio todo esto”,
dice.
¿Qué hacer? La mayor incidencia de cáncer de ovarios se presenta entre los
cuarenta, cincuenta y sesenta años. Si piensas que podrías tenerlo acude
a un ginecólogo especialista en cáncer ginecológico, quien lo más seguro te pedirá una tomografía.
3.
Dientes torcidos
¿Por qué preocuparte? Los dientes torcidos son más
difíciles de limpiar, porque su posición los hace inaccesibles al cepillado, lo
que contribuye a desarrollar periodontitis, que es cuando se lesiona la encía,
el hueso y los tejidos adyacentes. Además de aflojar los dientes, la
periodontitis se ha relacionado con otros problemas de salud. “Cardiopatías,
diabetes, estrés, trastornos nutricionales y metabólicos, entre otros”, dice la
ortodoncista Eva de la Rosa, miembro de una asociación dental.
Casi el 100 por cien de las mujeres embarazadas sufren
gigivitis (previo a la periodontitis) que si es mal atendida puede dar lugar a
alteraciones severas que requieran medicación, lo que pone en riesgo el dar a
luz niños prematuros o con bajo peso.
¿Qué
hacer? Acude a un ortodoncista. “Gracias a los avances tecnológicos hoy
en día no tenemos límites para el tratamiento de ortodoncia”, indica la
especialista. Cualquier adulto puede alinear sus dientes. Existe incluso una
técnica invisible a los tradicionales brackets.
4.
Mala pisada
¿Por qué preocuparte? Los pies planos siempre han sido
causa de hilaridad. Pero lo que no es gracioso es que pueden provocar juanetes,
dedos martillo, talón de Aquiles, artritis en los pies y mucho dolor en dedos,
talones, tobillos y espinillas. Estos problemas se presentan a menudo con la
edad, cuando los ligamentos que sujetan la parte inferior del pie se caen y se
fuerza al pie a replegarse hacia dentro al caminar.
En el caso del pie plano puedes desarrollar un arco débil
y en el pie cavo tendón de Aquiles, dedos de martillo o garra. Esto es por la
colocación anormal del pie y por la deformación que se tiene, en el caso del
pie cavo.
¿Qué hacer? La mala pisada se debe de atender desde pronto. “Puede ser con el uso
de una simple plantilla o tratamientos y ejercicios para el caso del pie cavo”.
Evita el uso excesivo de
tacones altos y utiliza un zapato adecuado, que vaya en función a la
patología de tu pie. La valoración integral de la postura la hace un
especialista en ortopedia o medicina de rehabilitación.
5.
Ronquidos
¿Por qué preocuparte? Según la Asociación Británica del
Ronquido y la Apnea del Sueño (BSSAA, por sus siglas en inglés), la gente que ronca habitualmente
tiene cinco veces más probabilidad de desarrollar hipertensión, enfermedades
coronarias, ataques de apoplejía, diabetes tipo 2 y colesterol alto que la
gente que ronca ocasionalmente. Sin embargo, la gente tarda una media de
18 años en buscar ayuda. Si no se trata, los ronquidos pueden derivar en apnea
del sueño, en la que se deja momentáneamente de respirar y te despiertas. Los
que la sufren están permanentemente agotados y se cree que es un factor en un
cuarto de los accidentes de tráfico.
¿Qué
hacer? La incidencia más alta se da entre los 30 y 50 años, así que acude a un
especialista en apnea del sueño. Ésta se puede controlar, tras un
estudio, con un dispositivo de presión positiva continua en las vías aéreas
(CPAP) para desplazar los tejidos que estorban. Perder peso, dejar de fumar y
reducir el consumo de alcohol ayuda a detener el avance de esta enfermedad, que
es un problema hereditario.
6.
Flujo vaginal
¿Por qué preocuparte? El flujo vaginal es normal siempre
y cuando no presente un color amarillento, como moco verdoso y con un olor
desagradable, porque se trataría de una infección, sobre todo si éste se
presenta fuera de la etapa del ciclo menstrual. “Si es una infección y no se
atiende a tiempo puede crear una enfermedad pélvica inflamatoria”, indica el
doctor Félix Quijano, que puede causar infertilidad, provocar un embarazo
ectópico y dolor abdominal crónico.
¿Qué
hacer? Si presentas alguno de estos síntomas en tu flujo vaginal acude al
ginecólogo para evitar complicaciones a largo plazo.
7.
Puntos amarillos alrededor de los ojos
¿Por qué preocuparte? Las placas amarillentas, planas y
suaves al tacto suelen ser xantelasma. Aunque nunca afectan a la función de
abrir y cerrar los ojos, pueden tener una causa oculta más siniestra “El
cincuenta por ciento de las personas que tienen xantelasma tienen también
colesterol elevado en la sangre”, dice el doctor Nick Lowe, de la Asociación
Británica de Dermatología. Aunque haya pocos síntomas evidentes, los niveles
elevados de colesterol pueden conllevar serios problemas como bloquear las
arterias y provocar un infarto. Otra señal son los círculos opacos alrededor de
la córnea de color amarillo grisáceo.
¿Qué
hacer? Pídele a tu médico que te haga una prueba sanguínea para revisar tus
niveles de colesterol. Si son elevados lo más seguro es que te recete
estatinas y modifique tu dieta diaria. Para eliminar el xantelasma “se
recomienda el láser”, comenta el doctor Lowe. “Pide cita a un dermatólogo o
cirujano ocular con experiencia en láser”.
8.
Indigestión
¿Por qué preocuparte? “Los casos de indigestión en
personas mayores de 50 años, que pierden peso y en el que los síntomas
persisten después de recibir tratamiento, pueden condicionar ya una alerta de
que tenga alguna complicación derivada de un cáncer”, dice el doctor Rafael
Medrano, médico del servicio de sarcomas y tubo digestivo alto del Centro
Médico Nacional Siglo XXI. La indigestión se produce cuando hay dolor
abdominal, ardor en la boca del estómago y ocasionalmente náuseas, vómitos,
diarrea, intolerancia a la dieta regular y sangre al defecar.
¿Qué
hacer? No te automediques y acude a tu médico para que te haga un estudio.
En caso de necesitarlo te mandará hacer una endoscopia. “Este es el método
diagnóstico de elección de cualquier tumor del tracto digestivo”, indica el
doctor Medrano. Consiste en introducir una sonda delgada hasta el estómago a
través de la boca, para visualizar de forma directa el aparato digestivo, tomar
fotografías y muestras de tejido.
9.Pérdida
temporal de la visión
¿Por qué preocuparte? Eutiquio Molina, de Chiapas
(México), acudió al médico “porque empecé a ver en el ojo izquierdo
nubosidades”. El oftalmólogo le recetó un medicamento e indicaciones de
permanecer sentado las 24 horas del día durante casi un mes. Después de ese
episodio, Molina, médico familiar entonces de 63 años se sintió mejor. Dos años
después empezó a tener mucho dolor en los ojos. En esa ocasión le mandaron
hacerse una fluorangiografía. Sin embargo, la prueba salió mal y tenía que
repetírselo “pero por apatía no me lo hice”, recuerda Molina. Tuvieron que
pasar tres años para que Eutiquio decidiera ir al médico. “Durante un viaje por
carretera sentí una disminución de la visión del ojo derecho, pensé que era el
pelo de mis cejas, pero no tenía nada y yo seguía sin ver”, dice. Resultó tener
una obstrucción de la vena central de la retina del ojo derecho. Era urgente un
tratamiento de rayo láser para evitar así un glaucoma neovascular, pues casi el
90 por ciento de su ojo estaba ocupado por sangre.
La arteria central de la retina tiene un mecanismo de
defensa, el espasmo, y cuando hay un pico de hipertensión para protegerse se
cierra. “Ése es el momento en que el paciente dice que se le oscureció la
vista”. Si este espasmo sucede en el cerebro puede provocar accidentes
cerebrales vasculares y desencadenar una apoplejía o una hemiplejía.
Eutiquio, hoy de 68 años, ya ha recibido su primera
sesión de láser y está en espera de su evolución. “Doy gracias a Dios de que el
coágulo se formó en la vena del ojo y no en el cerebro, porque me hubiera
ocasionado una hemiplejía”.
¿Qué
hacer? Comprueba tu presión arterial y vete al oftalmólogo para descartar un
problema en los ojos. Él analizará el motivo por el que tienes pérdida
repentina de la visión
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