El miedo no es algo positivo en
nuestras vidas y el mismo viene por la falta de fe.
La fe podríamos decir es como una carretera que nos hace ver claro el punto de
llegada; sin ella no sólo no vemos bien la carretera sino que el punto
de llegada ni existe.
Por eso debemos tener claro hacia donde queremos ir, donde queremos llegar.
Cuando hablamos de fe mucha gente piensa en religión pero la
verdad es que la fe la
puede tener todo el mundo incluso el que no crea.
La fe
es creer en las cosas que se esperan y que no se ven, pero que son verdaderas.
Llega un momento en que la fe se convierte en
"conocimiento", una parte de la fe queda inactiva y se convierte en
algo que sabes que es real...
Llegas a saber qué tienes que hacer con tu vida y seguir
esas pautas. Sólo tienes
que tener esperanza en la vida, en lo bueno que te trae la misma, en ver lo
positivo en todo, en amar de corazón.
Con todos estos ingredientes el miedo comienza a
desaparecer, y si por un momento vuelve, sólo tienes retomar el sendero por el que venías y seguir
haciendo el bien.
Pero recuerda que la fe no es inactiva, haz de proponerte día a día vivir a través de esa
fe, alimentarla hasta el final de tus días, hasta el momento de la perfección.
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