A
veces me acerco sediento a los versos de Antonio Machado y disfruto estos
sorbos de sabiduría poética:
Anoche
cuando dormía soñé, bendita ilusión, que una colmena tenía dentro de mi
corazón.
Y las doradas abejas iban fabricando en él,
con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel.
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender.
Caminante son tus huellas el
camino y nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Anoche
soñé que oía a Dios gritándome: ¡Alerta! Luego era Dios quien dormía y yo
gritaba: ¡Despierta!
Para dialogar, preguntad
primero; después... escuchad.
Busca a
tu complementario que marcha siempre contigo y suele ser tu contrario.
¿Tu
verdad? No. ¿Mi verdad? Tampoco. La verdad, vamos a buscarla juntos. (Este verso va con un
cambio).
Poned
atención: un corazón
solitario no es un corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios